No discuto sobre el estilo de Alberto Nolia en su programa televisivo recientemente eliminado por el gobierno. Habrá gente que le agrada el estilo directo, crudo, irónico y confrontador del productor de “Los papeles de Mandinga” y habrá quienes se sienten desagradados. Lo importante para mí es qué fue lo que dijo que no gustó en el alto gobierno, y digo alto gobierno porque medidas de este tipo sólo se toman a ese nivel del Poder Ejecutivo. No pude escuchar el programa, por lo que me soportaré en una entrevista reseñada por “La Comuna al tanto” el 8-8-2013.
Las veces que oí y vi a Nolia en su programa, sin compartir todas sus opiniones ni apreciaciones, lo cual no es extraño, me pareció que argumentaba y trataba de cimentar sus posiciones en hechos concretos y no simplemente apelando a afectos y sentimientos. Es claro, que un programa de este tipo no se cierra sin argumentos de peso, independientemente de que éstos nunca se conozcan. Algo dijo Nolia que disgustó, y lo que dijo con toda seguridad era cierto, tenía carácter de verdad, que son generalmente las cosas que más le duelen a la gente que se les diga. Nada molesta más que la verdad y por eso Nolia está fuera de VTV y sentirá las acciones inclementes de los fanáticos del chavecismo.
Nolia refirió algunas de las cosas dichas en su último programa. Se pronunció contra la “Ley de Desarme” con argumentos que pueden no convencer a todo el mundo, pero que en otros casos ha utilizado el propio Ejecutivo Nacional. El principal argumento fue que dicha ley fue introducida por el partido Primero Justicia y que fue aprobada por unanimidad, lo que significa pleno acuerdo entre el Gobierno y la oposición de la MUD en la materia. Lo apoyamos pues hemos dicho muchas veces que la MUD y el Gobierno tienen acuerdos tácitos en una serie de temas que benefician a ambos, pero perjudican al país.
Nolia cuestionó que las penas de la Ley de Desarme fueran superiores a las del castigo de los homicidios, lo que significa la importancia extraordinaria que se le da al desarme de los venezolanos. Señaló a la ley como discriminatoria y refirió que los civiles tienen prohibido portar armas en ciertos sitios públicos, mientras a los militares se les permite. Esta verdad es irritante para un gobierno que se declara como cívico-militar. Nolia reveló una contradicción grave de la política de desarme: ¿Cómo se va a desarmar a los delincuentes libres si no se ha podido hacer con los reclusos? Trajo a colación el reciente caso del Wilmito, pran de la cárcel de Vista Hermosa en Bolívar, quien celebró su regreso al penal con 6 horas de ráfagas de ametralladoras.
Los consensos gobierno-MUD son muchos: Las ley contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del Terrorismo, la Orgánica de Procesos Electorales, la ausencia de inmunidad de jurisdicción para el Estado venezolano, la neoapertura petrolera. Temas de los que no se puede hablar y menos en el canal oficial.
Luis Fuenmayor Toro