La victoria sobre Perú en Puerto La Cruz sirvió para que la Vinotinto mostrara una cara nueva y le diera una alegría a sus seguidores
Se jugó en medio de la desilusión porque Uruguay, con su victoria sobre Colombia, minutos antes había sepultado las esperanzas venezolanas, dejando apenas un resquicio por dónde colarse para el Mundial. Sin embargo, salió a flote el pundonor de los jugadores, que realizaron una de sus mejores presentaciones en la eliminatoria suramericana para Brasil 2014.
En un desempeño fluido, a partir de un planteamiento ofensivo, la Vinotinto se ganó la media cancha y mantuvo en jaque a la defensa peruana, como pocas veces elaborando jugadas, creando peligro y llegando al área continuamente. Orozco -con Vizcarrondo el mejor de la jonada fue el centro de atención por la claridad de su juego.
Esta vez sí hubo el funcionamiento cabal del colectivo. “Maestrico”, Arango, Martínez, Orozco y Rondón crearon muchas ocasiones, generando el lucimiento del guardameta inca. Rosales y Alexánder González cayendo por las bandas, Vizcarrondo además de seguridad en la defensa incorporándose al traslado del esférico, los venezolanos mostraron una cara diferente, siempre con Rincón firme en el sector medular.
Como suele ocurrir, esa asociación produjo goles. Que pudieron ser más, pero bastaron para mostrar a la galería lo que puede ser ese equipo si -dentro del orden indispensable- se suelta a los jugadores para que aprovechen su talento, su capacidad individual (velocidad, manejo, claridad, picardía). Con todo lo que pueda argumentarse sobre las debilidades del rival y la realidad de los otros.
En ninguno de los partidos como local, la Vinotinto había alcanzado tanta fluidez, había llegado tantas veces a crear verdaderas situaciones de peligro producto de sus combinaciones.
La situación sigue siendo crítica. Porque el escenario pasa por ganarle 3-0 a Paraguay, que Ecuador le gane 2-0 a Uruguay y que este además caiga ante Argentina, al menos por 2-0. Posible, claro, pero improbable, aunque es de esperar que cuando menos los jugadores vuelvan a exhibir un desenvolvimiento como el de anoche.
Que dejó ver, con nitidez, lo que pueden hacer esos futbolistas.Y deja la pregunta -sin respuesta posible- de lo que habrían sido capaces si en otros encuentros -especialmente como locales- hubieran seguido un patrón ofensivo similar.
Agréguese a Otero -golazo el suyo, por la seguridad al rematar, culminando un jugadón de Orozco que desequilbró, cruzó y mientras Rondón se llevaba a los otros defensas, levantó la cara para dar una asistencia milimétrica. Y se concluye en que hay el talento para seguir creyendo en el fúturo de la selección.
El balance -como dice Farías- llegará después del choque con Paraguay.
Armando Naranjo / donarmandonaranjo@gmail.com / @DonArmandoN