El gobierno de Venezuela alista un nuevo mecanismo de cambio para frenar el alza del «dólar negro», en un contexto de alta inflación y escasez de productos, mientras analistas recomiendan que se abra el grifo de dólares en un país bajo estricto control cambiario.
Tras semanas de especulaciones de analistas y prensa, el gobierno de Nicolás Maduro admitió que está evaluando la vuelta a un sistema «similar» al llamado «mercado permuta», que existió en Venezuela hasta 2010 y contemplaba la compraventa de dólares a través de bonos del Estado.
Para adquirir los dólares en ese sistema, los venezolanos necesitaban de un operador cambiario, por lo general una casa de bolsa, que realizaba la compra de los títulos subastados por el Estado y los negociaba en el mercado secundario en el extranjero.
Los dólares obtenidos por esa transacción eran depositados en una cuenta bancaria que el beneficiario debía tener fuera de Venezuela. Según Maduro, el objetivo de este nuevo sistema es «estabilizar el llamado mercado paralelo», que en Venezuela septuplica al oficial de 6,30 bolívares por dólar, administrado a través de un organismo llamado Cadivi.
En un entrevista el lunes por la noche, el ministro de Economía, Nelson Merentes, anunció que en breve el gobierno dará detalles del nuevo esquema, que todavía no tiene nombre.
Merentes avanzó algunos datos, como que podrán ofertar dólares tanto entes del Estado como particulares, y que la cotización «va a flotar» aunque bajo control de las autoridades.
Además, Merentes, considerado un pragmático dentro del chavismo, recordó que la Asamblea Nacional, que reinicia sesiones este martes, debe reformar dos leyes: la de Ilícitos Cambiarios, que despenalizaría la tenencia de divisas que no hayan sido entregadas por el gobierno; y la de Mercado de Capitales, que permitiría a actores distintos al gobierno participar como operadores cambiarios.
Multiplicidad de mecanismos para pocos dólares
El nuevo mecanismo reforzaría al otro sistema adicional al Cadivi, llamado Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad). Creado en marzo de este año para subastar dólares a entre 10 y 12 bolívares para sectores específicos y viajeros, el Sicad buscaba dinamizar la economía.
Pero los analistas consideran insuficiente sus resultados. «La economía está sin oxígeno, le faltan divisas», dijo a la AFP el economista Jesús Casique, economista de la sede venezolana de la Preston University. «El Sicad no está funcionando. No baja divisas al mercado con la frecuencia y montos que se requieren», destacó.
La falta de dólares es una de las causas de la escasez cíclica de productos básicos en Venezuela, un país altamente dependiente de las importaciones que realiza con las divisas del petróleo. Este fenómeno agudiza la inflación, que en lo que va de 2013 se ubica en 32,9%, la más alta de América Latina según cifras oficiales.
Para los analistas, la falta de dólares en el mercado local también contribuye al débil crecimiento de la economía, de apenas 1,6% en el primer semestre del año sobre igual período del año anterior. Esta cifra está muy por debajo de la meta de crecimiento de 6% estimada inicialmente por el Banco Central de Venezuela (BCV) para 2013 y que llevó a 3%.
Un férreo control de cambios
El gobierno del fallecido Hugo Chávez impuso un férreo control de cambios para evitar la fuga de capitales en 2003, tras el golpe de Estado en su contra en 2002 y el posterior paro que paralizó la vital industria petrolera venezolana.
«La única manera de estabilizar la economía es reconocer el error (del control de cambios), reestructurar el sistema, abrir el mercado y corregir la política fiscal y monetaria», explica a la AFP el analista Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
En su opinión, el éxito del nuevo sistema depende de su «flexibilidad», «apertura» y de una «mínima» intervención del Estado: «Con que tengas una sola persona que no pueda acceder, se te reactiva inmediatamente el mercado negro», asegura.
«El gobierno no puede decidir quién compra y quién no», agrega. «Tiene que ser un mercado tan despenalizado y abierto, que yo vaya y me meta en la cuenta de mi banco, compre dólares y pueda mandarlos a mi cuenta en el exterior», analiza el economista David Alayón. «Si no, será un fracaso», coincidió.
Luego de cinco devaluaciones durante la era chavista «el gobierno debe reconocer la depreciación de la moneda. (…) Es momento de establecer una política monetaria y fiscal que reactive al país», concluyó León.