Extraer un tumor del cerebro, páncreas, pulmón o columna, es muy arriesgado para los médicos y pacientes en la actualidad, ya que la persona puede sufrir daños irreparables en las zonas que resulten afectadas durante la cirugía.
«Ahora ese procedimiento, que antes era netamente quirúrgico, es más sencillo porque gracias a la tecnología del Cyberknife y el Gamma Knife se puede ir directamente al tumor sin necesidad de entrar a un quirófano», dijo a AVN la Directora General del Complejo Hemato-Oncológico y de Radiocirugía, en Caracas, María Ignacia Arriaga.
La ciencia ha bautizado ese nuevo tratamiento como Radiocirugía, y para ello se usan dos equipos compuestos de un acelerador lineal y brazos robóticos, conocidos como Cyberknife y Gamma Knife. El primero sirve para tratamientos en pulmones, columna, hígado, páncreas, próstata y tórax, mientras que el segundo cumple su función, especialmente en zonas intracraneales.
En el Complejo Hemato-Oncológico y de Radiocirugía caraqueño, ubicado detrás del Hospital Domingo Luciani, se cuenta con un Cyberknife, que trabaja diariamente devolviéndole la esperanza de vida a quienes se recuestan sobre su camilla.
La sesión puede variar dependiendo de la cantidad de radiación que necesite el paciente. Todo el tratamiento se realiza vía láser, y el equipo no toca a la persona en ningún momento.
«Cuando comienza el tratamiento es necesario que el paciente permanezca inmóvil, acostado sobre una camilla, relajado. Se le coloca música o él mismo puede traer las canciones que le gusten, eso sirve para que se calme y el aparato haga su trabajo, ya que si la persona se mueve, éste se detiene», detalló la doctora.
Una de las ventajas del equipo es que aunque el paciente se mueva o se levante de la camilla, el aparato sabe en qué punto quedó y cuando la persona regresa, arranca desde el área donde realizó sus últimos movimientos.
«Con el Cyberknife se ataca el tumor desde varios ángulos y dependiendo del tamaño y el diámetro, cambia de haces (instrumento mediante el cual se envían los rayos de radiación)», explicó.
Accesorios
Para realizarse el tratamiento, al paciente se le colocan una serie de accesorios, de acuerdo a la localización del tumor. Entre ellos está la máscara de aquaplash, que se utiliza para inmovilizarlo cuando éste posee tumores en el cerebro.
Otro de los accesorios es un chaleco que cubre el tórax, y sirve como guía para el Cyberknife, ya que le permite monitorear al tumor a medida que se mueva con la respiración del paciente, indicó la radioterapeuta, Elizabeth Gamboa.
En el caso de la próstata, pulmón, hígado y páncreas, se deben colocar unos fiduciales. Pequeñas piezas circulares de oro que sirven como marcadores o guías, a la hora de realizar el tratamiento. Éstos se colocan a partir de cuatro en zonas estratégicas para que otros órganos cercanos al área afectada no resulten lastimados.
Para lesiones intramedulares o intracraneales, no se requieren los fiduciales.
Modo de trabajo
Cuando un paciente con cáncer ingresa al Complejo Hemato-Oncológico y de Radiocirugía, su caso es evaluado por el grupo de médicos, quienes deciden si puede o no practicarse la radiocirugía. La afirmación o negación depende de la zona donde se encuentre el tumor y el tamaño de la lesión.
Posteriormente se convoca a la persona para una tomografía y resonancia magnética. Los resultados de la misma pasan a manos de los técnicos y físicos médicos, quienes realizan un perfil en 3D, a fin de conocer con detalle la zona donde está el tumor, su tamaño y grosor.
Ese patrón pasa a revisión de la radioterapeuta y se concluye cuántas sesiones necesitará la persona. Una vez que el paciente se encuentra listo para iniciar el tratamiento, se coloca el patrón creado por los doctores en el Cyberknife, y éste debe coincidir con la información que registra el equipo a la hora que el paciente se acueste en la camilla. Si toda la información coincide, la máquina comienza su trabajo.
A la fecha, se han tratado más de 115 pacientes en el Hemato-Oncológico, «y gracias a Dios ninguna persona se ha quejado de alguna reaparición del tumor, sin embargo, al paciente se le hace un seguimiento para saber cómo evoluciona después del tratamiento», destacó la doctora María Ignacia Arriaga, directora del recinto.
Con un «Gracias» es suficiente
A diferencia de otras naciones en las que se ofrece este tratamiento, y se cobra una elevada suma de dinero que puede llegar a los 25 mil dólares o 60 mil euros, en Venezuela sólo se dice «muchas gracias». Es completamente gratuito.
«Las personas son tan agradecidas que luego vienen y nos traen dulces, o detallitos. Esa es su manera de demostrar la gratitud que sienten por recibir el tratamiento sin pagar ni un bolívar», acotó Arriaga.
AVN