Eso al menos es lo que afirman los científicos estadounidenses responsables de un estudio científico publicado en la revista especializada PLOS One.
Jason Castro, de la Universidad de Bates, y Chakra Chennubhotla, de la Universidad de Pittsburgh, utilizaron una técnica computarizada para desgranar olores hasta su esencia más básica. Y para ello realizaron un análisis estadísitico y matemático de una base de datos de descripciones olfativas.
Tras analizar 144 olores, llegaron a la conclusión de que las percepciones olfativas pueden clasificarse en diez categorías mínimas:
- Fragante o floral
- Leñoso o resinoso
- Frutal (no cítrico)
- Químico
- Mentolado o refrescante
- Dulce
- Quemado o ahumado (como las palomitas de maíz)
- Cítrico
- Podrido
- Acre o rancio
Una mezcla compleja
«Tenemos estas 10 categorías porque reflejan características importantes sobre lo que hay en el mundo: peligro, alimento, etc.», explica Castro.
«Si conoces estas categorías, puedes comenzar a pensar en construir olores». «No hemos resuelto el problema que supone predecir un olor en base a su estructura química, pero esperamos lograrlo», agrega el investigador.
Según Castro, sería interesante comenzar a probar la teoría con aromas más complejos, como perfumes y otros olores cotidianos. En realidad, dice, es probable que cualquier olor natural sea una mezcla compleja, una combinación de las 10 diferentes categorías.
«En los años 50 un científico llamado John Amoore propuso una teoría que incluía siete categorías olfativas basadas en el tamaño y la forma molecular», cuenta el experto Tim Jacob, de la Universidad de Cardiff, en conversación con la BBC.
La teoría fue finalmente fue retirada «ante el regocijo de su rival R.W. Moncrieff, quien dijo que ‘no tenía mucha evidencia sólida para sostenerla’, por una serie de dificultades que se presentaron en el camino, pero estimuló muchas reflexiones útiles», según explicó el científico.
«Estoy seguro», dice Jacob, «que el estudio de Castro propiciará muchas ideas útiles».
BBC Mundo