El presidente Nicolás Maduro garantizó la noche del miércoles la «tranquilidad» en Venezuela durante su viaje entre el 21 y 24 de septiembre a China para reunirse con su par Xi Jinping, tras denunciar supuestos intentos desestabilizadores de la oposición.
«Como tenemos una derecha fascista, loca y enloquecida, hemos ajustado los detalles de los planes de tranquilidad para toda Venezuela» durante el viaje a Pekín, dijo Maduro en la televisión oficial al término de una reunión con parte de su gabinete en la presidencia.
El mandatario, quien viajará acompañado de su canciller Elías Jaua, ha denunciado en las últimas semanas un plan de «colapso total» contra su gobierno a través de supuestos sabotajes a la economía o a instalaciones petroleras o eléctricas, e incluso ha denunciado varios intentos de magnicidio.
De su lado, la oposición ha criticado este viaje por considerar que el gobernante debe ocuparse primero de la crisis económica en el país.
Maduro aseguró que el objetivo de su visita a Pekín es «ratificar la alianza de alto nivel, ampliarla y profundizarla» en sectores como el petrolero, de finanzas, industrial, alimentario y tecnológico.
Este miércoles, el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, anunció un nuevo préstamo del Fondo Chino-Venezolano por unos 5.000 millones de dólares acordado durante la visita que realiza al gigante asiático para preparar la visita de Maduro.
En mayo pasado, el vicepresidente chino Li Yuanchao se reunió con Maduro en Caracas.
Venezuela vende 640.000 barriles diarios de petróleo a China, de los cuales 264.000 se destinan a pagar la deuda de Caracas con el gigante asiático por créditos que Pekín le ha otorgado en los últimos años.
China es el segundo socio comercial de Venezuela, con un intercambio de más de 20.000 millones de dólares en 2012.