“Estoy tan desquiciado que me siento aliviado por el arresto”, confesó Volker Eckert, tras ser detenido por haberle quitado la vida a 19 mujeres, aunque se investigó si el ejecutor en un total de 40
Tras caer en manos de la justicia, Eckert confesó haber estrangulado a tres prostitutas en España y a dos en Francia, además de asesinar a una compañera de clases en Alemania, en 1974, cuando él tenía 15 años de edad y la desafortunadamente jovencita, tan sólo 14 años.
“Al fin me han detenido. Yo no podía parar de hacer esto. Sólo así, matando a las mujeres, disfruto del sexo. Sé que eso está mal, que así no podía seguir y por eso tenía pensado entregarme dentro de un año”.
Estas palabras fueron pronunciadas por Volker Eckert, al ser arrestado por asesinato.
Volker Eckert fue un asesino en serie alemán que confesó el homicidio de seis mujeres, cinco de ellas prostitutas, aunque se le imputaron 19 muertes desde 1974 hasta el 2006. Eckert, de 48 años de edad, era un camionero y estuvo acusado de acabar con la vida de estas mujeres en sus recorridos por Europa, en países como Francia, España y Alemania. Los bares eran su lugar de caza.
Tras caer en manos de la justicia, Eckert confesó haber estrangulado a tres prostitutas en España y a dos en Francia, además de asesinar a una compañera de clases en Alemania, en 1974, cuando él tenía 15 años de edad y la desafortunadamente jovencita, tan sólo 14 años.
Perfil del criminal
Nació en Sajonia, Alemania, el 1ero. de julio de 1959. De su infancia no existen registros ni testimonios y de su familia sólo se sabe que tiene un hermano, que vivió en Oeslsnitz y una hermana que reside en Hof, una ciudad pequeña de 50 mil habitantes.
Volker Eckert era un individuo solitario, que manejaba camiones desde muy joven, ausentándose de su domicilio por varias semanas, por lo que sus vecinos apenas lo conocían. Uno de ellos, que tuvo roces ocasionales con él, decía que Eckert era cliente asiduo del distrito rojo de la ciudad, sólo mantenía contacto con prostitutas y con su muñeca inflable, con la que se masturbaba mientras apretaba un cordón alrededor del cuello del monigote.
A finales de octubre del 2006, Eckert llegó manejando su camión de carga a la fábrica Neoplástica España, en Girona, España. Durante dos horas descargó 20 toneladas de plástico granulado y en ese lapso de tiempo permaneció impasible, fumando y colaborando en las maniobras.
Al terminar las tareas, se colocó al volante de su vehículo Volvo y condujo hasta un campo de futbol que le quedaba de paso. Apagó el motor de su unidad, durmió un rato en la cabina y esperó a que anocheciera. Cuando la penumbra servía a sus propósitos, abrió la puerta del copiloto y por ahí bajó el cuerpo de una mujer, al que arrastró hacia el campo de futbol. Nuevamente trepó a su unidad y se marchó.
Nadie se percató de sus movimientos, excepto una cámara de vigilancia de una empresa, donde quedó registrada la matrícula del Volvo. El 17 de noviembre de ese año, la policía llegó a una casa de la calle Oeslsnitzerstrasse, en Colonia, Alemania y arrestó a Eckert, quien no opuso resistencia y más bien se comportó bastante colaborador con las autoridades.
Macabro hallazgo
Sin embargo, los agentes no tenían idea de lo que iban a encontrar al registrar la casa y el camión de Eckert, pues, de momento, sólo sospechaban de un homicidio. En el interior de su domicilio, los investigadores hallaron mechones de cabello, trozos de cuerda y prendas íntimas femeninas, además de algunas fotografías que mostraban a mujeres en posiciones que integraban una especie de serie: amordazadas, violadas y finalmente, asesinadas. El Volvo de Eckert sería una caja adicional de sorpresas.
En la cabina del camión de Eckert, su verdadero hogar, la policía encontró, además de su cama para dormir y su estufa, decenas de fotografías instantáneas, tomadas con una ya obsoleta Polaroid, donde se aprecia una legión de mujeres en tiempos y circunstancias distintas, todas al parecer compañeras de un destino aterrador. Detrás de las imágenes, el hombre no escribía la fecha del acontecimiento, sino comentarios obscenos y atroces, humillantes para las víctimas.
¿Serán 40 asesinatos?
Al ser detenido, Eckert dio gracias a la policía, porque sabía que terminaba su carrera de homicida en serie, la cual duró, de manera oficial, del 2001 a 2007. Aseguró que sufría cada vez que asesinaba, que sólo matando lograba eyacular y que tenía planeado entregarse en el plazo de un año. Al poco tiempo de ser apresado, el 02 de julio del 2007, Eckert puso fin a su vida, colgándose en su celda.
El predador arrepentido dejó a la policía de varios países europeos una tarea difícil de cumplir: las autoridades de Italia abrieron los expedientes de más de 40 casos sin resolver de prostitutas asesinadas, al igual que España, donde ocurrieron tres de los homicidios. Scotland Yard se unió a la investigación, pues el Reino Unido era frecuentado por Eckert por cuestiones de trabajo.
La última víctima
Miglena Petrova Rahim, nacida en Bulgaria, el 25 de mayo de 1986, fue la última de las víctimas de Volker Eckert. La joven fue contratada por el estrangulador el 02 de noviembre del 2006 cuando se prostituía en el arcén de una carretera en Sant Julià de Ramis (Girona). Horas antes, Eckert había intentado conseguir los servicios de otras prostitutas, pero ellas se habían negado porque el camionero les exigía que se dejasen maniatar
Miglena aceptó la condición, sin saber que eso le iba a costar la vida. Miglena, que convivía en España con su compatriota Severin Erol Rahim, fue hallada muerta al día siguiente. En su cuello tenía marcas de haber sido estrangulada con un cordel y el asesino, además, le había cortado mechones de cabello
Edda Pujadas / Twitter: @epujadas