La señal de Globovisión, que en el pasado fue un fuerte soporte para la oposición y más concretamente para los llamados nuevos liderazgos, ha cambiado drásticamente lo cual obligará a demostrar a esta nueva clase política que insurge en el país de qué están hechos
Indudablemente que los medios de comunicación radioeléctricos han contribuido en buena parte al desarrollo de los nuevos liderazgos políticos del país. Eso opinan algunos. Otros por el contrario creen que la difusión mediática ha desfigurado enormemente el verdadero sentido del dirigente político, que lo ha desconectado del cara a cara y lo ha convertido en un producto de marketing sin oficio político.
La consecuencia de estas apreciaciones comenzaremos a evaluarlas en la medida en que vayan transcurriendo el tiempo y primer ensayo va a ocurrir con las próximas elecciones municipales del 8 de diciembre.
Como punto de referencia podemos hacer un recuento de lo ocurrido en el país en estos últimos catorce años, o mejor dicho, desde la insurgencia al poder de Hugo Chávez Frías.
Previo a eso, la política estaba marcada por dos grandes partidos, AD, Copei y las fuerzas de izquierda más una representación variada de distintos partidos. En ese entonces el activismo se nutría fundamentalmente del contacto cara a cara con las bases y el movimiento obrero y muchos otros factores de la sociedad y los medios, la prensa escrita y la televisión eran un apoyo complementario.
Los grandes dirigentes de la democracia se formaron al calor del pueblo, compartiendo sus vivencias e interpretando sus demandas.
Así llegaron al poder los primeros presidentes de la democracia una vez derrocado el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Año tras año, presidente tras presidente comenzó a evolucionar la política junto al crecimiento de una prensa libre que había estado cercenada durante la dictadura.
La televisión en blanco y negro sirvió de soporte al liderazgo emergente y se afianzó cuando llego el color y la radio de amplitud modulada paso a frecuencia modulada. Comenzaron a expandirse las señales de televisión regional y las señales abiertas y se diversificó el espectro radioeléctrico. La televisora del Estado, inicialmente dos, cumplían su papel cultural e institucional y los noticieros radiales y televisivos se convirtieron en verdaderas tribunas de las comunidades y de los políticos para expresar sus ideas, pero el contacto cara a cara seguía siendo el principal denominador común para hacer política.
El político de entonces, forjado al rigor de lucha social, desarrolló su liderazgo conectando con las comunidades. Analizar el deterioro de este liderazgo y su consecuente desgaste ha sido ampliamente debatido y tan solo agregaríamos por ahora que lamentablemente los partidos no hicieron ningún esfuerzo en modernizarse ni formaron a las futuras generaciones y lo que es peor aún, obstruyeron su paso.
Globovisión «imparcial»
Sumando lo bueno y lo malo de la cuarta república y comparando con lo hecho en tiempos de revolución podemos afirmar que por el momento el balance actual no es satisfactorio y la situación guarda gran similitud con la decisión del país de buscar alternativas de cambio.
Regresando al tema que nos ocupa, luego de esa ruptura política comenzaron a insurgir nuevas propuestas y liderazgos políticos. De un lado Hugo Chávez comenzó a diseñar el traje a su medida y posicionar un movimiento político, mientras comenzaron a surgir otros partidos y nuevos nombres. El detalle a diferencia del pasado es que mientras el país se segmentó, lo mismo ocurrió con los medios. El Gobierno se dedicó a la tarea de construir un imperio mediático y los medios independientes comenzaron a ser parte activa de la política.
Lo concreto es que Globovisión se convirtió en la ventana de los nuevos líderes que hicieron más política de pantalla que cara a cara.
El Gobierno, en su afán de quebrar estratégicamente al adversario, ha venido desmontando a los medios privados a tal punto de construir un imperio, con la adversidad que los mismos no gozan de la credibilidad que se aspira.
El último gran zarpazo fue hacerse de Globovisión que supuestamente ha pasado ahora a ser un medio «imparcial» el cual pone en igualdad de condiciones con sus pares de la oposición al actual líder Henrique Capriles.
Sin ese medio incondicional a los nuevos liderazgos, toca ahora reconfirmar de qué están hechos estos dirigentes.
Ya no hay pantalla ni preferencias, de manera que están a prueba los liderazgos.
Veremos hasta dónde son líderes quienes pretende dirigir al país.
ARENA Y CAL
SCHARIFKER. El joven ex presidente de la FCU sin duda representa a las nuevas generaciones que aspiran abrirse paso con éxito en la política. Es una de las caras nuevas que le dará vida al concejo municipal de Chacao. A los 23 años el panorama luce halagüeño para Diego.
MOLESTIAS. El Psuv o mejor dicho, sus componentes, no han podido superar el cisma que se viene con motivo de la escogencia de sus candidatos a las municipales en todo el país. En el caso concreto de Miranda la procesión va por dentro y el descontento es público y notorio.
DESAPARECIDO. Hay inquietud en el municipio Plaza por las constantes ausencias del alcalde Freddy Rodriguez quien no disimula su desmotivación en estos días finales de su gestión. La preocupación llega hasta los proveedores que temen quedar «ensartados» a última hora.
TAMBIÉN en la oposición surgen las cicatrices viejas por el desplante que acaba de hacerle Henrique Capriles a la Mesa de la Unidad el pasado domingo en Miami donde ni siquiera los tomó en cuenta, olvidándose del gran esfuerzo hecho en las elecciones de octubre y abril para llevar a votar a miles de venezolanos a New Orleans sin apoyo de Caracas.
YA EN EL PASADO hubo quejas de Carlos Ortega y Oscar Pérez durante su viaje a Perú y nos llegó el rumor que el propio embajador panameño Guillermo Cochez que ha sido un vocero opositor importante e incluso perdió su puesto en la OEA por enfrentar al gobierno venezolano ni siquiera ha recibido una llamada del líder opositor.
OJO JAUA. Nos llegó el comentario de que el canciller Elías Jaua ya ha destinado una importante suma de dinero para inversión propagandística en medios del Estado, sin embargo conocemos de un plan tendente a no invertir nada y embolsillarse el dinero tomando como referencia la «obligación» que tienen las emisoras todas afectas al proceso, de difundir las actividades de los candidatos del GPP. Negocio o guiso redondo el que preparan sin la anuencia del canciller.
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