A juicio de Jesús Alfredo Sivira, se pretende obligar al personal a trabajar en Caracas, a cambio de supuestos beneficios que finalmente estarían afectando la calidad de vida de quienes son llevados a la sede de Macaracuay
«Por este medio quiero alertar sobre la situación preocupante de la cual muchos de nuestros compañeros del edificio administrativo están siendo objeto, a raíz de la decisión de que sean trasladados a Caracas, violentándoles sus derechos como trabajadores y trabajadoras, sin importar las consecuencias que les acarrean dichos cambios».
Lo anterior se desprende de las declaraciones aportadas para La Voz por parte del Delegado de Prevención de la empresa Avon Cosmetics de Venezuela (sede Guatire), Jesús Alfredo Sivira, portador de la identificación 11272547, y quien durante visita dispensada a las oficinas de La Voz, quiso alertar acerca de lo que viene ocurriendo en dicha empresa, y haciendo el llamado correspondiente a las autoridades laborales, para que se tomen cuanto antes los correctivos de rigor.
En un documento entregado en las oficinas de este diario desde el pasado viernes, Sivira explicaba que «(…) El pasado 13 de septimbre la empresa de manera sectorial comenzó a notificar de los traslados a Caracas, lo que hasta entonces era un rumor desde hacía unos meses atrás, y de una manera disfrazada se indican los supuestos grandes beneficios que conlleva dicho traslado. La pregunta que nos hacemos es ¿Beneficio para quién? Es importante resaltar que en su mayoría los trabajadores y trabajadoras residen en la zona de Guarenas y Guatire. Entonces nos volvemos a preguntar ¿A quién beneficia el traslado del edificio administrativo a Macaracuay? ¿Por qué la directiva y la gerencia apoyan con tanta insistencia dicho cambio?».
Igualmente el delegado de prevención Sivira quiso enfatizar en hacer el llamado a la reflexión en torno a lo que está aconteciendo, y calificaba de arbitrariedad la decisión de querer cambiarles de manera drástica las vidas a los trabajadores y trabajadoras, así como a sus familias, dado que en la mayoría de los casos los mismos tienen niños pequeños que estudian en la zona de Guarenas y Guatire, y a los cuales ahora deberán hacer madrugar y forzarles a cambiar sus hábitos y horarios de la noche a la mañana.
Entre las interrogantes
«Nos preguntamos si la a empresa realmente ha sido humilde y se ha puesto la mano en el corazón ante este escenario. ¿Qué harán los trabajadores y trabajadoras ante estos cambios tan drásticos? ¿Realmente a la empresa le importa que existan condiciones de trabajo beneficiosas para el colectivo o sólo para el patrono?», dice también Jesús Alfredo Sivira.
Agrega el entrevistado que a su juicio como delegado de prevención, esta decisión pareciera una muestra de que «un pequeño grupo quiere manipular a la mayoría, que son los trabajadores y trabajadoras, sin importarles cómo puedan cambiar su vida laboral y personal, infringiendo además las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, así como la Ley Orgánica del Trabajo en sus artículos 85 al 95; y la Lopcymat en sus artículos 53 y 56».
Finalmente Sivira afirmó que no le sorprendería que en cualquier momento pretendan intimidar a los trabajadores y trabajadores indicándoles que no son indispensables para la empresa, o que si están en desacuerdo con el cambio de sede, renuncien, como aparentemente ha ocurrido con algunos compañeros. «Los derechos de los trabajadores y trabajadoras son irrenunciables», indicó.
Janeth Solórzano
janethmaye@yahoo.com