Todas las menores que perdieron la vida pertenecían a la comunidad amish, caracterizada por su estilo de vida sencillo, vestimenta modesta y tradicional y su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas
El 02 de octubre de 2006, poco antes de las 10 de la mañana, Charles Carl Roberts entró en la escuela West Nickel Mines en el condado de Lancaster de Pennsylvania con un arma de fuego Springfield XD 9mm, una escopeta Browning calibre 12mm, más de 600 rondas de municiones, latas de polvo negro, una pistola eléctrica y dos cuchillos… la tragedia estaba por comenzar.
Ese día Roberts, un humilde conductor de camión de leche, asesinó a cinco niñas amish e hirió a otras cinco personas antes de suicidarse. El suceso ocurrió dentro de la comunidad amish, caracterizada por es su creencia en el Nuevo Testamento, su vida desarrollada en asentamientos apartados de la metrópolis, aislándose del mundo exterior, la defensa de valores como el pacifismo, la humildad, la vida sencilla y el trabajo y su vestimenta al estilo del siglo XVII.
El énfasis en el perdón y la reconciliación como respuesta de la comunidad amish ante los homicidios, fue ampliamente discutida en los medios de comunicación estadounidenses. La escuela West Nickel Mines fue destruida y se construyó una nueva, denominada New Hope (Nueva Esperanza), en otro emplazamiento.
El atormentado Charles
Charles Carl Roberts nació en Lancaster, Pennsylvania. Su padre se retiró de la policía local y en el 2004, solicitó una licencia para proporcionar servicio de transporte a una comunidad amish, sin embargo, ningún miembro de la familia estaba asociado con esta forma de vida.
A los 32 años, Roberts, quien siempre estuvo en contacto con los amish, se ganaba vida conduciendo un camión de leche, siendo empleado por North West Foods. En su vecindario era conocido como un buen padre y amante esposo de una mujer muy religiosa, sin embargo, el nacimiento y rápido fallecimiento de su hija (quien sólo vivió 20 minutos), parece haberlo enloquecido.
A las tres de la madrugada del 02 de octubre del 2006, Robert terminaba su turno como repartidor de leche y poco antes de las nueve de la mañana dejó a sus tres hijos (dos varones y una niña) en el autobús del colegio. Poco después entró, fuertemente armado, en la diminuta escuela West Nickle Mines, en la que no había detector de metales, ni guardias de seguridad, como en el resto de los colegios de Estados Unidos.
A partir de ese momento, el pistolero deja huir a los niños varones y a las profesoras, entre las que se le escapa una niña de 10 años. Una de las profesoras avisa a la policía, mientras que Roberts llama a su esposa y le comunica que no volverá a casa y también le cuenta su más profundo secreto: había abusado de dos menores hacía más de 20 años y estaba pensado en hacerlo de nuevo.
La policía llega al lugar y Roberts advierte que comenzará a disparar a las pequeñas si no se van en 10 segundos… Así fue, como si de un paredón de fusilamiento se tratara, el aparente buen padre y amante esposo, ató por los tobillos a las pequeñas y las colocó contra la pizarra, emulando una sangrienta escena que culminó con su suicidio.
La policía tuvo que entrar por las ventanas cuando se escucharon los disparos. Tres de las niñas murieron en el lugar y dos más fallecieron a la mañana siguiente por las lesiones causadas. Las edades de las víctimas oscilaban entre los seis y los 13 años. Roberts disparó al menos 13 rondas de su pistola 9 mm semi-automática y al menos tres rondas de su escopeta.
Las niñas fallecidas fueron Naomi Rose Ebersol de siete años de edad, Marian Stoltzfus Fisher de 13 años, Anna Mae Stoltzfus de 12 años, Lena Zook Miller de siete años y Mary Liz Miller de 8 años.
Los funerales
Al día siguiente, la comunidad amish enterró a sus muertos en cinco pequeñas y sencillas cajas de pino. Los cadáveres fueron amortajados de blanco, casi la única ocasión en que los amish abandonan sus tradicionales colores oscuros. Como es costumbre, quienes acudieron a los funerales llevaron comida, pero no flores. Se leyeron sermones en alemán del siglo XVI, pero no hubo cánticos. Las mujeres vestirían todo un año de riguroso negro y los hombres portarían camisas blancas en señal de luto.
Las carretas que cargan los diminutos ataúdes pasaron por delante del cementerio de la iglesia metodista de Georgetown, donde está la tumba de la bebé Elise Victoria, hija de Roberts y pasan por el frente de la casa del inglés (como denominan los amish al resto de los norteamericanos que no profesan su fe), Charles Carl Roberts.
El abuelo de dos de las niñas muertas, que fueron enterradas juntas, fue visto mientras deambulaba pasadas las tres de la madrugada, dos días después de la tragedia por una carretera de Nickle Mines. Enos Miller no podía dormir, pero sí perdonar: “Es pecado negar el perdón”, afirma.
Una vida que duró 20 minutos
Con sólo cruzar la calle desde la casa de la familia Roberts se llega a la iglesia metodista de Georgetown en Pensilvania y pocos pasos después, se llega al camposanto. Allí hay una lápida con forma de corazón sobre la que está grabada esta inscripción: “Elise Victoria, entregada a Dios. Hija de Charles y Marie”
Elise Victoria sólo vivió 20 minutos, pues nació y murió el 14 de noviembre de 1997. La muerte de su hija ha sido la excusa de Charles Carl Roberts para haber abusado sexualmente de dos niñitas hace 20 años y para acabar con las niñas de la escuela amish
El dato
Los amish son agrupaciones religiosas cristianas de doctrina anabaptista que se mantienen ancladas en el pasado a pesar del paso de los años, eligen un estilo de vida sencillo y se aíslan del mundo exterior rechazando el uso de la tecnología moderna.
Fuente: www.nuevayork.net
Edda Pujadas /// Twitter: @epujadas