BAGDAD. Una ola de coches bomba azotó el lunes barrios de mayoría chií de Bagdad, provocando la muerte de 51 personas y que decenas quedaran heridas, informaron autoridades iraquíes, el hecho más reciente de una incesante violencia en Irak en los últimos meses.
El Ministerio del Interior culpó a insurgentes vinculados con al-Qaida, al decir que están aprovechando la lucha política y las deficiencias de seguridad para lanzar ataques.
El peor ataque fue por la mañana en el vecindario de Ciudad Sadr, en el este de la ciudad, donde un coche bomba estacionado destrozó un pequeño mercado de hortalizas y su estacionamiento, dejando siete muertos y 16 heridos, dijo un policía.
A esto le siguió un total de 10 coches bomba que detonaron en rápida secuencia en los vecindarios chiíes de Nuevo Bagdad, Habibiya, Saba al-Bur, Kazimiyá, Shaab, Ur, Shula y en los barrios suníes de Jamia y Ghazaliyá.
Las otras 10 detonaciones ocurrieron en mercados al aire libre o estacionamientos, lo que dejó 44 muertos y 139 heridos, de acuerdo con policías.
Funcionarios médicos confirmaron la cifra de fallecidos. Todos los oficiales hablaron con la condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a declarar a los medios de comunicación.
Ningún grupo se ha responsabilizado de los ataques, que tienen los rasgos característicos del brazo de al-Qaida en territorio iraquí, una organización conocida como el Estado Islámico de Irak.
Fuerzas de seguridad de Irak cerraron los lugares de los ataques mientras bomberos luchaban por extinguir los incendios desatados. Restos retorcidos de autos y de los coches bomba se hallaban sobre el pavimento.
«Nuestra guerra con el terrorismo continúa», dijo el vocero del Ministerio del Interior, Saad Maan, a The Associated Press. «Parte del problema son las disputas internas políticas y los conflictos regionales… Existen deficiencias y necesitamos desarrollar nuestras capacidades principalmente en los esfuerzos de obtención de inteligencia».