«Se tenía que ir y no vuelve más a esta patria. Esta patria no la pisa más», enfatizó el presidente de la República, Nicolás Maduro, en referencia a la diplomática estadounidense expulsada recientemente por el Ejecutivo nacional, Kelly Keiderling, quien sostuvo encuentros con sectores de la derecha venezolana relacionados con las acciones desestabilizadoras en contra de la Revolución Bolivariana.
Tras el acto de cierre del Gobierno de Eficiencia en la Calle para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en Fuerte Tiuna, Caracas, Maduro denunció la manera abierta como Keiderling asumió haberse reunido con el gobernador del estado Miranda y excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, quien -tras desconocer su derrota- promovió los actos violentos entre el 15 y 16 de abril en los cuales murieron 11 personas.
El pasado lunes, Venezuela expulsó a tres funcionarios del Gobierno de Estados Unidos del territorio nacional por estar incursos en actos de conspiración y sabotaje contra el país.
Maduro le dio un plazo de 48 horas a Keiderling, Elizabeth Hunderland y David Mutt para irse del país y reiteró que el Ejecutivo no permitirá actos de inestabilidad contra el país.
Esos tres funcionarios estadounidenses visitaron el pasado 27 de septiembre la sede de Súmate, ubicada en Bolívar, para recibir de sectores de oposición información sobre la situación política actual de ese estado, los conflictos laborales y de distribución del servicio eléctrico, de acuerdo con un video mostrado el pasado martes por el presidente Maduro.
En este contexto, el pasado miércoles el canciller venezolano, Elías Jaua Milano, informó que el Gobierno venezolano profundizará las investigaciones sobre los nexos de los diplomáticos norteamericanos con la oposición.