China se ha convertido en nuestra tabla de salvación en los últimos años, aprobándonos cerca de $42 millardos, los cuales se pagan con petróleo a futuro. Según informaciones de Pdvsa, el país estaría destinando unos 265.000 bd (de un total de 640.000 bd que se le envían) para pagar los préstamos con China (hay que recordar que si el precio del petróleo cae, la cantidad a enviar a China aumenta)
Tuvimos que salir corriendo a pedirle platica a los «camarados» chinos. Gustosamente (ellos se aseguran más petróleo), nuestros nuevos «mejores socios comerciales» nos dieron una línea de crédito por $5.000 millones. Lean bien línea de crédito, con lo cual el Gobierno conseguiría dinero para proyectos pero no para estabilizar el mercado cambiario, que al parecer era el verdadero objetivo del viaje.
En teoría estos préstamos son positivos para el país, ya que en términos financieros la república se estaría endeudando a una tasa menor que la que tendría que pagar si acude a los mercados internacionales, sin embargo, en la práctica no solo los malos usos dados por el gobierno nacional a los préstamos han sido un inconveniente, sino también la poca transparencia que envuelve estas operaciones. La oscuridad de estos convenios ha llegado a tal punto, que entre Pdvsa, BCV Y Bandes no hay en la actualidad una uniformidad de criterio sobre a cuánto asciende la deuda que tenemos con China. Una «pequeña» diferencia de casi $5.000 millones habría entre Pdvsa y BCV (algo así como el 23% de nuestras Reservas Internacionales).
China se ha convertido en nuestra tabla de salvación en los últimos años, aprobándonos cerca de $42 millardos, los cuales se pagan con petróleo a futuro. Según informaciones de Pdvsa, el país estaría destinando unos 265.000 bd (de un total de 640.000 bd que se le envían) para pagar los préstamos con China (hay que recordar que si el precio del petróleo cae, la cantidad a enviar a China aumenta). Debemos tener presente que Pdvsa no recibe la totalidad de esta venta, ya que una parte va directamente al Bandes (Pdvsa solo cobra una fracción). Esto sin duda impacta de forma negativa en el flujo de caja de Pdvsa y explicaría en buena parte porque hoy la estatal venezolana tiene una deuda superior a los $30 millardos con el BCV.
A pesar de este «chucuto salvavidas» que recibe el gobierno actual, está lejos el final de la increíble crisis de divisas que padece el país. Venezuela tendrá que salir a buscar más fondos, a pedir más cacao, lo que llevaría a que la deuda total del país se sitúe en unos $240 millardos para finales de 2013.
La gran pregunta que surge ante tan preocupantes cifras es, ¿qué pasó con la bonanza petrolera? ¿Dónde están los reales?
Luis Oliveros