Muchas personas suelen sentirse agotadas física y mentalmente durante todo el día, sin razón aparente. La falta de sueño, molestias en los músculos y dolores de cabeza tienden a presentarse en dichas personas que se encuentran cansadas diariamente.
Hoy en día, se conoce que dichos síntomas son característicos de la fibromialgia, trastorno músculo esquelético que se caracteriza fundamentalmente por fatiga extrema, dolor persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante. Asimismo se conoce un amplio rango de otros síntomas psicológicos, como dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con el pensamiento y la memoria, algunas veces llamados «lagunas mentales», que suelen impedir el funcionamiento rutinario del sujeto. A pesar de que es un trastorno no contagioso presente en las mujeres jóvenes, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad, el número de hombres que han presentado fibromialgia está aumentando cada vez más.
Los tratamientos que ha sugerido la medicina con respecto a esta dolencia suelen consistir en analgésicos antiinflamatorios, esteroides, gabaérgicos, sedantes y hasta antidepresivos, los cuales a pesar de arrojar resultados variados, al suspenderlos provocan que la sintomatología regrese. Otras recomendaciones tienden a ser masajes, fisioterapias, ejercicios dirigidos, los cuales lamentablemente empeoran el cuadro del paciente.
Por otra parte y con una visión completamente diferente la Medicina Antienvejecimiento sugiere identificar los factores predisponentes, condicionantes y desencadenantes que puede presentar el paciente de manera de resolver el problema desde la raíz y no solo mitigar los síntomas; se busca a su vez antecedentes familiares con patologías inflamatorias como asma, artritis, reumatismo que pudieran predisponer este tipo de enfermedad y se evalúa al paciente con el fin de identificar si lleva una mala alimentación (ingesta de carnes rojas, lácteos, etc), la cual condiciona la aparición de los síntomas, si mantiene una suplementación de calcio, la cual tiende a la calcificación y esclerosis de los tejidos blandos; y por supuesto si el paciente tiene un mal manejo del stress cotidiano, el cual puede terminar de desencadenar el proceso.
“El tratamiento antienvejecimiento consiste en detoxificar y desintoxicar el organismo del exceso de calcio, ácidos orgánicos y radicales libres acumulados en los tejidos por medio del drenaje del intestino, hígado y riñón, a través de suaves purgas alcalinas (leche de magnesia o sal de Epson), hidroterapias ionizantes, quelaciones, entre otras cosas”, explica la Dra. Margarita Botero, médico cirujano especialista en medicina antienvejecimiento y obesidad.
Paralelamente se inicia un tratamiento de revitalización dirigido a restaurar las biomoléculas moduladoras de la inflamación y antiesclerosantes como el magnesio, omega 3, enzimas, bioflavonoides, etc estimulando la desinflamación y la eliminación del dolor. Seguido se procede a la etapa de tratamiento específico con sueros inmuno moduladores que contienen bioterápicos, minerales, vitaminas y repolarizantes, así como también terapia celulares inmuno desensibilizantes y/o autovacuna para eliminar del organismo aquellos inmunocomplejos inflamatorios a través del bazo y el hígado.
Como parte importante del tratamiento, el paciente debe guardar reposo, descansar adecuadamente para permitir la recuperación de los tejidos, evitando la práctica de cualquier ejercicio físico, masajes, o manipulaciones corporales que inflamen más. Es conveniente aprovechar este reposo para reflexionar en los factores estresantes, de manera de eliminarlos o aprender a manejarlos, estableciendo límites mentales, emocionales o físicos, que permita tomar de nuevo el control y el poder de no dejarse dominar por estos.