El cuadrangular de Juan Uribe para darle la vuelta al marcador en el juego del lunes desató una gran celebración en toda la ciudad
¡La ciudad de Los Ángeles está de fiesta! Todo, por culpa de Juan Uribe, quien disparó un cuadrangular de dos carreras en el octavo episodio, para darle la vuelta a un marcador adverso y conducir a Los Dodgers de Los Angeles a un triunfo de 4-3, para eliminar a los Bravos de Atlanta en la serie divisional, desatando una celebración que se inició en Chávez Ravine con 54,438 invitados y que luego se extendió al vestuario del equipo, donde rodaron ríos de champaña.
De esa forma, los dirigidos por Don Mattingly avanzan a la serie donde disputarán el título de campeón de la Liga Nacional a partir del próximo viernes, frente al ganador de la serie entre los Cardenales de San Luis y los Piratas de Pittsburgh.
Los artífices de la victoria azul fueron Carl Crawford, quien disparó dos bambinazos, que dieron una temprana ventaja a los de casa y el tercera base dominicano, Juan Uribe, que decidió todo con su palo de cuatro esquinas, que mandó a volar la pelota sobre el bullpen de los Dodgers, encontrando en los senderos a Yasiel Puig, quien había iniciado la tanda con un doble por la por la línea de cal del jardín derecho.
«Este es un momento inolvidable para mí, pero no solo se trata de mí, son todos los 25 peloteros que están aquí adentro y que hoy han hecho un magnífico trabajo, especialmente, Crawford,» aseguró, modestamente, Uribe.
Y cuando espndeporteslosangeles.com le hizo la observación de que por palos como ese, es que a los peloteros de grandes ligas les pagan todos esos millones, él respondió.
«Yo ni siquiera pienso en eso, yo solo salgo a hacer mi trabajo, en la postemporada, o en un juego regular,» puntualizó el hombre más buscado de la noche, por la prensa.
Don Mattingly, sin embargo, no se guardó elogios para su antesalista.
«Yo tengo que agradecerle por eso que él hizo esta noche, porque, además, todos en el equipo lo quieren porque es un magnífico compañero. Es grandioso ver todo el respeto que se ha ganado en ese vestidor,» dijo el timonel, quien dijo que el doble de Puig para encender la ofensiva que decidió la contienda, «fue monumental.».
Factor Kershaw
Clayton Kershaw lanzó durante 6 episodios permitiendo solamente 3 imparables y 2 carreras sucias. Otorgó un pasaporte y recetó 6 chocolates y al final, salió sin decisión.
«Esta es la postemporada, lo quiero reiterar, donde no se puede dar nada por hecho. Y uno tiene que pensar en que quizá nunca vuelva a tener la oportunidad de estar en uno de estos juegos,» señaló el zurdo lanzador, intentando explicar las razones para insistir en abrir este partido, con tres días de descanso.
El derecho Freddy García, ‘El Jefe,’ se fajó frente a Kershaw, con una labor de 6 entradas, permitió 8 hits, incluídos los dos vuelacercas de Crawford, que le significaron 2 anotaciones a su contabilidad.
Nacido en Caracas, Venezuela, García cumplió 37 años el domingo y llegaba a esta cita con experiencia en 8 series de postemporada, con los Marineros de Seattle, Medias Blancas de Chicago y Yanquis de Nueva York, en las que forjó una marca de 6-3.
Sin embargo, quien terminó adjudicándose la victoria, fue el relevista Brian Wilson (1-0), mientras que Kenley Jansen se acreditaba un juego salvado, con un espectacular cierre, ponchando a los tres hombres que encaró, para ponerle fin a la historia.
«Estamos listos para el que sea, Cardenales o Piratas, nos da lo mismo,» dijo un envalentonado Jansen, totalmente bañado con el espumoso líquido.
El perdedor fue David Carpenter (0-1).
Explosión ofensiva
Carl Crawford encendió la ofensiva, en el primer episodio, con su segundo cuadrangular en igual número de juegos, en forma consecutiva, botándola por la barda del jardín derecho.
En el cierre del tercer capítulo, Crawford repite su travesura y vuelve a desaparecer la bola por el sector derecho, con las bases limpias.
Por novena ocasión un jugador de Dodgers dispara múltiples cuadrangulares en un juego. Lo han hecho 7 difereentes peloteros, el último, Shawn Green en 2004.
Pero los Bravos pusieron todo como al inicio, al anotar, en el cuarto acto, dos careras inmerecidas, manchadas por el segundo error en el juego de Adrián González.
En un batazo inofensivo por el rumbo de la primera base, de Evan Gattis, Adrián intentó una doble matanza tirando a segunda para retirar al corredor Freddie Freeman. Pero su envío a Mark Ellis fue muy bajo y ambos corredores quedaban quietos.
Y un wild pitch más tarde, ambos anotaban, con un hit de Chris Johnson y un batazo al cuadro de Andrelton Simmons.
En el séptimo capítulo, ya con Ronald Belisario en la loma, un sencillo por el centro, del bateador emergente José Constanza, para mandar hasta la registradora a Elliot Johnson, quien había disparado un triple, con la tercera anotación de los Bravos.
Grandes recuerdos
Dentro de la ceremonia protocolar, previa al juego, apareció un jugador histórico de los Dodgers, el primera base Steve Garvey, para realizar el honorífico primer lanzamiento, contando con el también ilustre Steve Yeager, miembro del equipo campeón de la serie mundial de 1981, como el receptor.
Sin embargo, apareció Eric Karros, un jugador de los Dodgers de épocas más recientes, para interrumpir el acto y meterse a la ceremonia, que terminó convertida en una jugada de relevo desde la primera base, en medio de los aplausos de la concurrencia.
Rigo Cervantez/ espndeporteslosangeles.com