La vivienda de los Torres Mota es una de las tantas que queda completamente anegada ante una precipitación. El mal olor que provocan las aguas servidas es insoportables y afecta la salud
Callejón La Rosa. Así se llama el sector de Quebrada Seca en Guarenas que no se asemeja en nada a un camino lleno de flores. Por el contrario, las más de 30 familias de la zona han tenido que adaptarse a hacer vida en un lugar donde la más mínima precipitación causa estragos.
Y es que la falta de embaulamiento y mantenimiento de la quebrada del lugar desde hace 8 años aproximadamente, ha causado que en la actual temporada de lluvias todo se haya salido de control. Tres viviendas quedaron completamente anegadas y hasta el día de hoy se evidencian los daños ocasionados por el agua y el lodo. Desde hace 15 días los ruegos porque no llueva se han intensificado en medio de una comunidad que sólo pide una cosa: actuación oportuna de las instancias oficiales.
Sedimentos de
más de un metro
A los fines de conocer el testimonio de los vecinos, el equipo de La Voz se trasladó hasta el callejón La Rosa. Allí vive la familia Torres Mota, la más afectada por las lluvias caídas hace 15 días sobre el municipio Plaza del estado Miranda. A la humilde casa el agua y el pantano entró sin contemplaciones y sin que sus ocupantes pudieran hacer nada, por cuanto no se encontraban allí y fue luego que recibieron la alerta de los vecinos.
Carmen Mota, madre de familia, explicó a La Voz que por la ubicación de su vivienda que da en la parte trasera con la quebrada seca, la anegación de la misma es un hecho recurrente. Sin embargo, hace dos semanas la situación se salió de control a punto de que una montaña de barro de casi un metro cubrió todo el lugar.
Sin mantenimiento
El ciudadano José Torres, quien también ocupa la casa, agregó a las declaraciones de Mota que la quebrada desde hace dos años no recibe ni un mínimo de mantenimiento o de inspección de parte de las autoridades, por lo que se ha acumulado una alta cantidad de sedimentos que lograron tapar incluso los desagües. Vale destacar que a la quebrada caen las aguas residuales del barrio.
«Es una mezcla de todo. No solamente se trata de que el agua se mete a las casas cuando llueve, sino la contaminación que esto representa. Nuestro salud y la de nuestros hijos está en peligro y no vemos que se tomen acciones contundentes», subrayaron.
Resaltó el señor Torres que la limpieza de las quebradas a nivel de todo el municipio deberían hacerse cada 4 o 6 meses. «El agua que cae de todo el barrio se estanca porque obviamente esta es una parte plana. Ya hemos pedido el embaulamiento aparte de la limpieza, pero nos dejan esperando», refirió.
«No hay máquinas»
José Martínez, quien lleva 25 años como habitante de Quebrada Seca, explicó que cuando han solicitado el saneamiento por parte de la Dirección de Servicios Públicos, se les ha indicado que no hay máquinas para la prestación de ese tipo de labores.
«Esa quebrada tiene como un metro 50 de sedimentos que la tapan. Allí convergen tanto aguas blancas como residuales. A veces nosotros mismos nos hemos atrevido a limpiarla pero cuando viene la lluvia arrasa con todo. Parte del callejón La Rosa no está apto para vivir. No solamente vivimos afectados por esto, sino con el constante hedor que impregna el ambiente y representa un grave problema de salud», enfatizó el entrevistado.
Orlis, quien es del Consejo Comunal pidió una vez más a las autoridades e instancias competentes para que ejecuten una inspección en el lugar, a los fines de que constaten y contribuyan a que este problema llegue a su fin, para bien y salud de toda la comunidad.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com