La medida obedece a las recientes inspecciones realizadas en carnicerías de Plaza por parte del Indepabis, tras las cuales les imponen sanciones por no ofrecer el producto regulado, cuando ellos deben enfrentarse a una inversión dominada por las pérdidas
En asamblea extraordinaria celebrada la mañana de este miércoles, carniceros y charcuteros del municipio Plaza en el estado Miranda, tomaron decisiones determinantes luego de las inspecciones que han llevado adelante funcionarios del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) desde inicios de esta semana en la jurisdicción.
La convocatoria fue realizada de emergencia, a los fines de tomar acciones tras las revisiones realizadas por la institución, a través de las cuales se les reiteró la importancia de ofrecer rubros como la carne, el pollo y el queso a precios regulados, cuando a ellos los productores se las venden a costos elevados y caros en comparación con lo que exige la ley.
Revisar cadena
de comercialización
Hugo Rodríguez, Manuel Poleo y José Luis Armas, presidente, primer vicepresidente y segundo vicepresidente de la Cámara de Comerciantes de Plaza respectivamente, informaron a La Voz que ni los charcuteros ni los carniceros se están negando a vender productos de primera necesidad para la alimentación de la gente. No obstante están solicitando al director del Indepabis, Eduardo Samán la revisión de toda la cadena de comercialización, por cuanto no hay una equivalencia ni se equipara el costo que impone el productor y el precio que por Gaceta Oficial debe asignar el comerciante.
«Tuvimos contacto recientemente con Carla Toselli de Torcat, directora del Indepabis a nivel del estado Miranda, a los fines de plantearle lo que está pasando. La carne regulada debe venderse a 28 bolívares y el pollo a 18 bolívares. Sin embargo, cuando el comerciante se enfrenta con el productor, se encuentra con un panorama que dista mucho de lo contemplado en Gaceta. La carne se compra a 54 bolívares antes del proceso de limpieza, después del cual le termina quedando en 70 bolívares. Es decir que si el vendedor final, que es el que la da la cara al cliente, sigue las instrucciones de la institución, está perdiendo un alto porcentaje de lo que invierte o gasta. El pollo lo consiguen en 37 bolívares, lo que muestra que la brecha sigue siendo muy amplia; hay una diferencia demasiado grande. Cuando a la licenciada Torcat se le explica eso, alega que el Indepabis por razones obvias se limita a hacer cumplir lo establecido en Gaceta Oficial y lo que pide el ente regulador adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Comercio», explicaron.
Dadas las circunstancias, muchos comerciantes de Plaza se vieron en la necesidad de dejar de vender el producto a precio regulado, trayendo esto consigo que luego de las inspecciones se les colocaran multas y sanciones de hasta 600 unidades tributarias.
«En el gremio hay preocupación, porque creemos que no se está haciendo una revisión de todo lo que como es dicho es la cadena de comercialización. Se le exige la aplicación de la ley al comerciante final, pero no se revisa todo lo que está detrás de eso, y es precisamente el trabajo que le estamos pidiendo a Eduardo Samán», agregaron.
No se comprará más
De mutuo acuerdo, los 36 propietarios de charcuterías y carnicerías de la municipalidad decidieron no comprar más carne y pollo a los productores, hasta tanto no sean escuchados por la máxima autoridad del Indepabis. A los sancionados ahora les queda la cancelación de las multas impuestas entre lunes y martes de esta semana, sin mencionarse lo que como ellos explican se pierde al tener que adquirir la mercancía a precio súper elevado en comparación con el regulado, que termina siendo el costo que se ofrece al cliente. Todo parece indicar que se avecina una desabastecimiento.
«El cliente no entiende. Piensa que uno lo está robando o que uno se está llenado los bolsillos, cuando la situación es completamente distinta. Ellos ignoran todo el proceso que hay que seguir. Además de todo hay que enfrentarse a una inflación de 40%, al pago de servicios y de personal con un nuevo incremento del 10%. Ninguna carnicería entonces se arriesga a ser multada y a vender un producto, hasta tanto no haya una supervisión profunda a los productores y hasta tanto no busquen conocer la realidad que se vive en los mataderos», culminaron.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com