-Yo nunca me monto en la balanza para ver cuánto peso. Pero sí me agrada ver cómo los demás lo hacen. Y los resultados son positivos. Sin embargo, siempre tengo presente una famosa frase de Charles Chaplin: “Nunca vivimos lo suficiente para dejar de ser unos aficionados”, dice el autor de un centenar de obras para el teatro, el cine, la televisión y la literatura
“No tengo enemigos, tengo gente que piensa diferente a mí. Y eso hay que respetarlo”.
Román Chalbaud
– No todas las veces se cumplen 82 años. ¿Cómo los piensa celebrar?
-Trabajando. Actualmente estoy escribiendo la versión teatral de La oveja negra y terminando de corregir Los espíritus animales, una nueva pieza de teatro que estoy por finalizar.
-¿Cuáles son sus balances personal y su artístico?
-Yo nunca me monto en la balanza para ver cuánto peso. Pero sí me agrada ver cómo los demás lo hacen. Y los resultados son positivos. Sin embargo, siempre tengo presente una famosa frase de Charles Chaplin: “Nunca vivimos lo suficiente para dejar de ser unos aficionados”.
-¿Cuál considera es su legado a las artes venezolanas al cabo de largos 60 años de vida artística?
-Que lo más importante es estudiar y trabajar, no importa cuántos años tengas.
-¿De poder volver a comenzar, si Dios le diese esa oportunidad, haría lo mismo que hasta ahora ha hecho?
-No creo que Dios se atreva a darme esa oportunidad, pero si lo hace creo que cometería los mismos aciertos y los mismos errores. Si no yo no sería yo, sino sería otro.
-¿Tiene enemigos? ¿Los perdona o qué les recomienda?
-No tengo enemigos, tengo gente que piensa diferente a mí. Y eso hay que respetarlo. Mi hermana, Nancy, por ejemplo, era socialcristiana y siempre nos quisimos y nos respetamos. Como debe ser. En caso contrario estaríamos propiciando una guerra. Y la guerra es la muerte. Debemos luchar juntos por la vida.
-¿Y a las nuevas generaciones que les aconseja?
-Leer. La televisión, que no propicia la cultura, ha alejado a la gente de los libros. Y ese es un daño que se está pagando muy caro.
-¿Cómo quedó definido el cierre de la producción de La planta insolente?
-Ya tenemos editada hora y quince minutos de La planta insolente. Una primera edición que, por supuesto, hay que revisar cuidadosamente y a la que faltan los efectos digitales, que son muchos. Tenemos varias escenas por filmar y estamos esperando que Roberto Moll, nuestro “Cipriano Castro”, tenga el peso y el tamaño de la barba adecuados. Como todos saben, Roberto enfermó de bronconeumonía y estuvo muy grave. Ya mejoró y hoy se encuentra muy bien de salud. La postproducción de esta película es muy exigente. Considero que con buena suerte podamos estrenar en mayo del 2014.
E.A. Moreno-Uribe