Este proceso revolucionario ha avanzado a punta de habilitantes. Si las leyes se hubiesen dejado en manos de la Asamblea donde lamentablemente hay saboteadores de oficio de la oposición, hubiese sido imposible en tan poco tiempo tener estos resultados
Miguel Pérez Abad
Posiblemente muchos estemos familiarizados con el término «habilitar», el cual hemos utilizado para referirnos a la necesidad de tramitar de forma rápida un documento porque lo requerimos con urgencia. En el caso del contexto político y económico actual de nuestro país, darle poderes habilitantes al presidente de la República en representación del Ejecutivo Nacional y el pueblo, luce sumamente pertinente y oportuno.
¿O es que acaso no es urgente atacar de manera estructural ciertas fallas medulares de nuestro sistema económico y político y que están teniendo consecuencias negativas para el pueblo venezolano, como la corrupción; la burocracia enclaustrada en la IV República y que aún persiste (muy a pesar de la Revolución, en la administración pública); el rentismo que ha creado una casta de chupacabras de la renta petrolera, entre otros males?
Muchos podrían preguntarse, porqué las leyes que se aspiran por medio del proceso Habilitante no se realizan a través del mecanismo natural que es manufacturarlas en el seno del poder legislativo, a lo que respondo con otra pregunta:
¿Creen ustedes posibles que un país que requiera un conjunto de leyes con la urgencia que exige el contexto actual, puede darse el lujo de hacerlo a través de una Asamblea donde unos diputados opositores durante las discusiones de temas trascendentales para el país, se dedican a mandar mensajitos de textos que van desde burlas hasta los más procaces comentarios? Y lo peor, al final de la jornada de blackberrymanía, sin el menor análisis de las propuestas gubernamentales, sabemos que la respuesta autómata es negar todo lo que venga del Gobierno Bolivariano.
En este sentido, es plenamente justificada la solicitud del presidente Maduro. Es audaz, tomar esta ruta para proveerse del andamiaje jurídico necesario del que debe echar mano para continuar construyendo la Patria, el modelo de «no retorno» que inició el Comandante eterno, Hugo Chávez Frías.
Desde Fedeindustria, apoyamos una vez mas a este proceso Habilitante. Recordamos con claridad todas las leyes que salieron del proceso Habilitante del 2001, de las cuales hoy aún nos estamos beneficiando todos, porque la soberanía petrolera lograda a través de la modificación de la Ley de Hidrocarburos y mediante la cual el país pudo emprender la más ambiciosa política social de la historia; la creación de Ley del Sistema Microfinanciero (por medio de la cual millones de venezolanos se han beneficiado con microcréditos); la reducción de las tasas de interés, los créditos obligatorios para el sector productivo, la banca de desarrollo, entre otros beneficios, son producto de las leyes realizadas en el marco Habilitante del año 2001 y 2002.
Este proceso revolucionario ha avanzado a punta de habilitantes. Si las leyes se hubiesen dejado en manos de la Asamblea donde lamentablemente hay saboteadores de oficio de la oposición, hubiese sido imposible en tan poco tiempo tener estos resultados.
Para este nuevo periodo, desde los sectores productivos progresistas y nacionalistas, agrupados en Fedeindustria, aspiramos que asuntos tan claves como la modificación de la Ley Contra los Ilícitos Cambiarios; la Ley sobre el Mercado de Valores; la modificación de la Ley de Fomento y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria; entre otras.