Calderón dijo que su gobierno había realizado grandes progresos en la lucha contra la pobreza.
NACIONES UNIDAS. Hombre moderado, poco habituado a ser foco de atención en sus visitas a las Naciones Unidas, un Felipe Calderón inusualmente combativo se despidió el miércoles del organismo mundial con un explosivo mensaje en el que pidió a las naciones consumidoras de drogas que pongan más ímpetu en la lucha contra el narcotráfico o de lo contrario analicen políticas alternativas.
Calderón, quien entregará la presidencia a su sucesor Enrique Peña Nieto el 1 de diciembre, enumeró los logros de sus seis años de gobierno durante un discurso que se prolongó 50 minutos y nada hacía pensar que su disertación concluiría con un pronunciamiento rotundo sobre el narcotráfico.
El mandatario enumeró cuatro desafíos para el futuro y dedicó buena parte de su presentación a hablar de tres de ellos, la crisis económica global, los objetivos del milenio y el cambio climático.
Dijo que su gobierno había realizado grandes progresos en la lucha contra la pobreza y estaba bien encaminado hacia el cumplimiento de todos los objetivos del milenio fijados por las Naciones Unidas.
«Hemos hecho realidad uno de los principales anhelos, el de la cobertura universal de salud. Hoy en México hay médico, medicinas, tratamiento y hospital para cualquier mexicana o mexicano que lo necesite. También hay cobertura universal en educación primaria. Toda niña y todo niño entre 5 y 13 años tiene un lugar en escuela pública y gratuita. Se han construido más de 1.200 hospitales y clínicas nuevas, 140 universidades desde cero, públicas y gratuitas», manifestó.
Estos progresos, dijo, han «revolucionando la competitividad de la industria mexicana».
Tildó a su vez de «falso dilema» la noción de que no se puede combatir la pobreza y el calentamiento global al mismo tiempo.
«Sí se puede y se debe», afirmó. «En México estamos haciendo las dos cosas».
El tono insípido y burocrático de su mensaje cambió cuando abordó el cuarto desafío, el del narcotráfico.
«Urjo, exijo a las Naciones Unidas que encabecen una discusión a la altura del siglo XXI», que explore «enfoques nuevos y eficaces» si los países consumidores no ponen fin al flujo de sumas exorbitantes hacia los carteles, afirmó Calderón ante el asombro de los asistentes a la sesión, que lo despidieron con un aplauso.
«Propongo formalmente que las Naciones Unidas se comprometa en el tema, que haga una valoración profunda de los alcances y de los límites del actual enfoque prohibicionista en materia de drogas», manifestó. «Eso no implica que se deba bajar la guardia. No vamos a ceder ni un milímetro a las organizaciones criminales».
AP / JOHN MINCHILLO