El papa Francisco denunció este miércoles «el despilfarro de alimentos» y la mentalidad dominante de considerar el hambre como «un hecho ineluctable» en un mensaje enviado a la FAO con ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.
«Paradójicamente, en un momento en que la globalización permite conocer las situaciones de necesidad en el mundo y multiplicar los intercambios y las relaciones humanas, parece crecer la tendencia al individualismo y al encerrarse en sí mismo, lo que lleva a una cierta actitud de indiferencia -a nivel personal, de las instituciones y de los Estados- respecto a quien muere de hambre o padece malnutrición, casi como si se tratara de un hecho ineluctable», escribió en un mensaje enviado al director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el brasileño José Graziano Da Silva.
«Pero el hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema», subraya el pontífice, en su análisis sobre la «trágica condición en que viven todavía millones de personas hambrientas y malnutridas».
La entidad de Naciones Unidas, cuya sede central se encuentra en Roma, organizó durante toda la semana eventos en todo el mundo sobre la importancia de los sistemas alimentarios para la seguridad alimentaria y la nutrición, el desperdicio de alimentos y el Año Internacional de la Quinua.
Según las cifras de la FAO, organización fundada en 1945, que conmemora todos los años el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación, 842 millones de personas sufren de subalimentación crónica.
Para la entidad «los modelos de desarrollo no sostenibles están degradando el medio ambiente, amenazando los ecosistemas y la biodiversidad que necesitaremos para nuestro suministro futuro de alimentos».
«Me parece leer en ello una invitación a repensar y renovar nuestros sistemas alimentarios desde una perspectiva de la solidaridad, superando la lógica de la explotación salvaje de la creación y orientando mejor nuestro compromiso de cultivar y cuidar el medio ambiente y sus recursos», escribió el pontífice argentino.
Para el jefe de la Iglesia católica, que vivió casi toda su vida en Argentina, uno de los mayores países productores de alimentos, hay que «cambiar realmente nuestro estilo de vida, incluido el alimentario, que en tantas áreas del planeta está marcado por el consumismo, el desperdicio, el despilfarro de alimentos», subrayó.
Según los datos de la FAO, aproximadamente un tercio de la producción mundial de alimentos no está disponible a causa de pérdidas y derroches cada vez mayores.
«Bastaría eliminarlos para reducir drásticamente el número de hambrientos», sostuvo el Papa, que denunció de nuevo la «globalización de la indiferencia», que nos va «acostumbrando lentamente al sufrimiento de los otros, como si fuera algo normal», reiteró.
AFP