Monseñor Pietro Parolin comenzó oficialmente su gestión como secretario de Estado del Vaticano; es decir, es desde el martes la nueva mano derecha del papa Francisco. Pero Parolin no pudo estar presente en su primer día, debido a una intervención quirúrgica, que anunció el mismo pontífice.
El que sí estuvo fue su predecesor, el polémico Tarcisio Bertone -muy asociado con los persistentes problemas en la Curia Romana-, a quien Francisco agradeció por los servicios prestados haciendo alusión a «las contrariedades» que tuvo que enfrentar con «coraje y paciencia».
Se inicia, pues, una nueva era en el Vaticano con quien hasta hace poco era el nuncio apostólico en Caracas. Se trata de un prelado italiano considerado reformista, que podrá hablar en castellano con su jefe, ya que no sólo trabajó en Venezuela, sino que además estuvo en México hace 15 años.
Y la bienvenida «en ausencia» de Francisco a Parolin fue elocuente.
«Él conoce muy bien a la familia de la Secretaría de Estado, donde ha trabajado durante muchos años con pasión y competencia y con aquella capacidad de diálogo y de trato humano que son una característica suya», dijo el Papa en la ceremonia. «En cierto sentido, es como un regreso a casa».
Pietro Parolin nació el 17 de enero de 1955 en Schiavon, provincia de Vicenza, región de Véneto, en el noreste de Italia. Su padre era un comerciante de ferretería y su madre, una maestra de primaria.
El 27 de abril de 1980, cuando tenía 25 años, fue ordenado sacerdote y estudió derecho canónico y diplomacia, por lo que su nombramiento el pasado 31 de agosto representa la culminación de su carrera; a no ser, claro, que pueda ser Papa en el futuro.
Por lo pronto, Parolin habla cuatro idiomas: italiano, español, inglés y francés.
Como diplomático de la Santa Sede, a la que se integró en 1986 a los 31 años, prestó servicio en Nigeria -donde trabajó en las relaciones entre cristianos y musulmanes- y México, donde contribuyó al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ese país y El Vaticano en 1992.
En 2002 fue nombrado por el papa Juan Pablo II subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados (equivalente a canciller), ocupándose en particular de los asuntos de Vietnam y China.
En enero de 2007, tras el encuentro histórico entre Benedicto XVI y el primer ministro vietnamita, Nguyen Tan Dung, Parolin dio seguimiento y mantuvo el impulso de las negociaciones para el reconocimiento de la Iglesia Católica en ese país.
Otros cardenales recibieron con beneplácito el nombramiento de Parolin, porque es considerado un reformista y por esfuerzos por mejorar las relaciones de la Iglesia con China e Israel.
Nuncio en Venezuela
En 2009, el ahora Papa emérito lo nombró nuncio en Venezuela, un país donde se le atrubuye haber desarrollado una tarea importante en las relaciones entre Iglesia y Estado.
Monseñor Ovidio Pérez Morales, exobispo auxiliar venezolano, le dijo a BBC Mundo: «No fueron los mejores tiempos, por la naturaleza de los órganos del Estado, pero él se supo mantener a su altura, con mucha discreción y dignidad, aunque al mismo tiempo con una posición bastante clara».
El difunto presidente Hugo Chávez reclamó varias veces a prelados, como los cardenales Rosalío Castillo y Jorge Urosa, por criticar a su gobierno calificándolo de dictatorial y por denunciar que violaba la Constitución. Y llegó a describir a los obispos venezolanos como «trogloditas» y «cavernícolas».
«Como representante de la Santa Sede, Parolin mantuvo su posición dentro de lo que le corresponde, pero el gobierno tenía marginada a la Nunciatura en cuanto a contacto regular», señala Pérez Morales. «Fueron relaciones tensas, sin mayor cercanía, aunque la Iglesia ha mantenido siempre los puentes abiertos».
Si bien Chávez visitó al papa Benedicto XVI y lo criticó por igual, diciendo que no era «embajador de Cristo», el actual presidente, Nicolás Maduro, ya visitó al papa Francisco y en lo que va de su mandato no se ha producido ningún roce con la Iglesia Católica.
De hecho, antes de su viaje a Roma, Maduro se reunió con Parolin y con el presidente de la Conferencia Episcopal venezolana, Diego Padrón. Pero -según Pérez Morales- el contacto ha sido «muy protocolar» y la relación es «muy lejana».
Eso sí, agrega el exobispo, «tuvo un contacto con la población y con las diócesis muy frecuente».
En sintonía con Francisco
A sus 58 años, Parolin es el secretario de Estado más joven desde 1929, cuando Eugenio Pacelli -el futuro papa Pío XII- tenía 53, como reseña la Radio Vaticana en su sitio oficial.
El secretario de Estado siempre ha sido un cardenal, pero Parolin todavía es arzobispo. Quizás sea una de las razones por las que su designación fue una sorpresa.
El primer sorprendido fue él mismo, pues su trato personal con el papa Francisco ha sido limitado, aunque -según lo cita Radia Vaticana- aseguró que se siente «muy afín con el Papa en su manera de entender la Iglesia y, sobre todo, por su estilo de sencillez y cercanía a las personas».
En una entrevista para el diario mexicano El Universal a principios de septiembre, Parolin decía: «Como Iglesia, tenemos en nuestras manos la posibilidad de participar en la vida internacional por la vía diplomática».
«No quisiera una diplomacia que haga las primeras planas de los diarios sino que sea más eficaz», dijo Parolin en otra entrevista. «No buscamos popularidad».
«Es una gran elección, un hombre eficiente, buen negociador, muy equilibrado», declaró a Radio Vaticana el cardenal francés Jean-Louis Tauran, actual presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Pérez Morales describe a Parolín como «muy afable, muy atento, de una gran sencillez, realmente se hizo querer mucho» en Venezuela.
«Yo creo que tiene una sintonía muy grande con el espíritu y el talante del Papa actual», agrega. «Por eso creo que van a ser un buen binomio en Roma».