Octavio Torres, vocero de los afectados, señaló que la tela perimetral de la industria, ubicada en el sector Pitahaya, fue derribada por una contratista que labora para el Estado, la cual realiza los trabajos de ampliación de la vía alterna Charallave-Cúa y ahora los delincuentes se desplazan a sus anchas
Ciento cincuenta trabajadores de la empresa de Agregados Livianos C.A. (Aliven), ubicada en la zona industrial de Pitahaya en Charallave, paralizaron sus actividades la mañana de ayer, para exigirle a la compañía que les garantice la seguridad dentro de las instalaciones, ya que han sido víctimas de hechos delictivos en plena faena laboral.
Una de las causas que ha facilitado la acción de los hampones ha sido el derribo de la tela perimetral de la compañía por parte de una contratista que labora para el Estado. Esta constructora realiza los trabajos de ampliación de la carretera que será convertida en la vía alterna Charallave-Cúa, según denunció Octavio Torres, secretario general del Sindicato Único de la Planta de Agregados Livianos.
La empresa no cumplió
Señaló Torres que la delicada situación fue planteada a los representantes de Aliven, quienes les garantizaron la presencia policial, una vez que se reunieron con la contratista, pero ello no se ha cumplido.
“Sólo nos cuidan los vigilantes privados de Aliven, quienes tienen un rolo y un escopetín de un tiro, mientras que los sujetos que nos amedrentan están más armados que la propia policía”, dijo el líder sindical, quien además detalló que el pasado domingo ingresaron a la compañía dos sujetos fuertemente armados y sometieron a tres guachimanes y a tres trabajadores. Los pillos se robaron una camioneta de la empresa y un auto de uno de los obreros, además de varias pertenencias de las víctimas.
Por su parte Freddy Guerra, delegado de prevención, pidió que mientras la contratista realice los trabajos de ampliación de la carretera Charallave-Cua, sea instalado un módulo de la Guardia Nacional Bolivariana que garantice la seguridad de este personal, así como del resto de los trabajadores de las otras compañías de la zona y a los vecinos de Pitahaya.
Relató que debido a la soledad en el área los hampones operan con facilidad. “Desde que tumbaron la cerca se han registrado varios robos en plenas labores de producción”, dijo Guerra, quien hizo un llamado a Corpomiranda para que interceda ante la contratista que adelanta el distribuidor a la entrada de Charallave y se cumpla con lo ofrecido en materia de seguridad, pues temen por su integridad física.
Los garitean…
Entre los objetos robados por los hampones están los radios portátiles con frecuencia, propiedad de la empresa, que luego los pillos utilizan para amedrentar a los trabajadores.
“Ellos usan los radios y nos dicen cuando llega una moto o un carro: ¨ahí vimos que llegó una camioneta bonita; vamos por ella y por las dos motos que están estacionadas en el patio¨, situación que nos atemoriza”, dijeron los líderes sindicales.
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