El taxista era oriundo de Baranquilla, Colombia. Hace diez años llego al país y se estableció para formar una familia que ahora se enlutó por la delincuencia
A pocos metros de su vivienda, en la calle Tamanaco del barrio Nazareno en Petare, se encontraba Antonio Maiz, de 44 años de edad cuando fue víctima de «gatillos alegres» que disparaban al aire. Eran las 8:30 de la noche del sábado, cuando recibió un disparo en el cuello que le quitó la vida.
Maiz era taxista y padre de tres hijos. Esa noche salió a un puesto de «perros calientes» en busca de comida para sus muchachos. De regreso, 2 sujetos disparando a lo loco y el hombre quedó atrapado en la línea de fuego. Fue llevado al hospital Domingo Luciani de El Llanito pero murió.
El taxista era oriundo de Baranquilla, Colombia. Hace diez años llego al país y se estableció para formar una familia que ahora se enlutó por la delincuencia. «Esto está feo. No hay ley, no hay nada», dijo un familiar al referirse a la inseguridad. Los restos serán llevado a su país natal.
Entre este viernes y domingo, 36 cadáveres fueron trasladados a la sede de medicina legal en Caracas. Para este fin de semana la cifra de ingresos para el mes de octubre alcanzaba las 320 víctimas.
A Gian Piero Bravo, de 33 años de edad, pastelero de una panadería en Chacao, lo mataron a las 7:00 de la noche del sábado en la entrada del centro comercial El Sambilito de Petare, a pocos metros de una estación de la Policía Municipal de Sucre.
Bravo recibió 4 tiros por la espalda. Vivía en el sector El Carmen de Petare y tenía 3 hijos.
Su padre, Ricardo Bravo, relató que su hijo tenía 4 mil bolívares en efectivo y ese dinero no aparece. Hay testigos que sostienen que los homicidas no se los robaron, lo que hace presumir que desaparecieron cuando el cuerpo estaba en custodia de la policía.
Esta es la segunda ocasión en que Ricardo Bravo visita la morgue de Bello Monte. El primero de sus hijos, fue ultimado en Caricuao, para robarle motocicleta hace dos años. Se llamaba Roira Eduardo Bravo, de 28 años y su crimen sigue impune.
AA