Para nadie es un secreto que Venezuela atraviesa una muy delicada coyuntura, teniendo como principal manivela lo económico, el calamitoso declive de nuestro aparato productivo de los últimos años ha hecho de la inflación, la carencia de empleos formales, la escasez y la delincuencia problemáticas exageradamente graves que colocan en tela de juicio la permanencia del denominado Socialismo del Siglo XXI (SSXXI).
Diciembre es vital, sí bien es cierto que todas las elecciones son plebiscitarias, la municipal lo es particularmente, no olvidemos que el resultado de las pasadas elecciones presidenciales dejaron una espesa nube gris por las negativas del CNE de auditar los cuadernos electorales y la relación de las maquinas captahuellas, al menos eso es lo que creen quienes disienten del gobierno, hasta abril prácticamente la misma cantidad de quienes hasta esa fecha lo aprobaban.
Sí la oposición sacase más votos que el gobierno las dudas hacía dichos resultados y la crispación del panorama político aumentarán vertiginosamente, el gobierno lo sabe.
Ha pasado mucha agua bajo el río desde entonces y paulatinamente la calidad de vida de todos los venezolanos ha decaído, los problemas éste año arreciaron, lo que mantienen maltratada a la población en general, población que ya está harta de promesas y consignas, anhela y exige soluciones. Maduro en la actualidad sigue dependiendo de los niveles de emotividad que Chávez le endosó en el lamentable auge de su crisis de salud, así pues, el camino no puede ser distinto del que legó, igual que el expresidente Chávez Maduro toma la vía de una Ley Habilitante la cual mantiene en vilo a los venezolanos frente a las interrogantes ¿es realmente necesaria? ¿dará resultado?
Sea cual sea el designio de Maduro en la presidencia de la nación, cabríamos preguntarnos ¿Podrá el chavismo continuar sin él? Veamos; de abril hasta la fecha Maduro no tiene saldo que mostrar, incluso desde diciembre fecha en que asumió la conducción del país ante la gravedad del expresidente Chávez, se ha apoyado, igual que Chávez, en la importación masiva para subsanar medianamente la crisis económica suscitada por una década de enemistad con productores nacionales y de la renta petrolera, misma que es manejada discrecionalmente, sin mucho formalismos contralores. Antes de intentar dar continuidad al llamado SSXXI en hombros de otra persona, pronto o más adelante, Maduro deberá hacerse un nombre propio y no lo está consiguiendo, el chavismo sin Maduro hoy no es posible.
Leandro Rodríguez Linárez e-mail: leandrotango@gmail.com
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