El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, afirmó ayer ante el Parlamento británico que el país debe sentirse «orgulloso» de las actividades de sus servicios de inteligencia.
Cameron defendió a los «héroes y heroínas silenciosos» que trabajan para los servicios secretos británicos, en una sesión dedicada a analizar las conclusiones de la cumbre europea de la pasada semana, marcada por las acusaciones de que Estados Unidos interceptó llamadas de líderes europeos.
«Nuestros agentes de inteligencia sirven a nuestro país sin ningún reconocimiento público. Algunos han dado sus vidas en acto de servicio y sus nombres todavía no son conocidos. Sus seres queridos deben lamentarse en secreto», afirmó el primer ministro.
El pasado junio, documentos confidenciales filtrados por el exespía estadounidense Edward Snowden apuntaron a que el centro de escuchas británico, conocido como GCHQ, utilizó el sistema de espionaje PRISM de EE. UU. para acceder a datos privados de ciudadanos a través de internet.
Cameron aseguró entonces que los servicios secretos trabajan dentro de la legalidad, mientras que el Comité de Seguridad e Inteligencia de la Cámara de los Comunes, que supervisa la labor de la inteligencia británica, determinó en julio que el GCHQ no vulneró las leyes británicas.
El primer ministro afirmó ayer que las agencias de inteligencia de este país «merecen» su «apoyo»: «Tenemos con cada uno de nuestros agentes de inteligencia una enorme deuda de gratitud. Son héroes y heroínas silenciosos que mantienen nuestro país a salvo», señaló Cameron.
«En términos de nuestros propios servicios de inteligencia, mantenemos como siempre la postura de no hacer comentarios sobre sus actividades, si bien vale la pena decir lo siguiente: escrutamos a nuestras agencias de inteligencia a través de un comité parlamentario y operan bajo la ley», afirmó el primer ministro.
300 condenados
El «premier» conservador indicó que los tribunales del Reino Unido han condenado por terrorismo a 330 personas desde los atentados en las Torres Gemelas de Nueva York, en septiembre de 2001.
«Nuestra información de inteligencia nos ha permitido además advertir a nuestros aliados europeos sobre complots terroristas, ataques cibernéticos a sus empresas e infraestructuras, así como sobre tráfico ilegal de drogas, personas, armas y dinero», resaltó Cameron.
Tras conocerse esta semana a través de un informe confidencial filtrado por Snowden que Estados Unidos espió a 35 líderes mundiales, la Casa Blanca aseguró que las comunicaciones de Cameron «no han sido ni serán vigiladas por EE. UU.».
Agencias