El chavismo creó entidades especiales que funcionan como «gobiernos paralelos» en los estados venezolanos controlados por la oposición y que, a un mes de las elecciones de alcaldes, cuentan con presupuestos millonarios para ejecutar obras públicas con fines electorales, coincidieron expertos.
Previstas en la ley, estas corporaciones fueron creadas entre marzo y abril pasado en los estados de Miranda -gobernado por el líder opositor Henrique Capriles-, Lara y Amazonas, y sus presidentes son los tres excandidatos chavistas derrotados en las elecciones regionales de diciembre pasado.
«El gobierno busca debilitar la imagen, la autoridad y los recursos financieros disponibles para llevar adelante la gestión de la autoridad electa y funda una gestión paralela elevando el nivel de rivalidad entre las dos gestiones, porque en la práctica se convierten en gobiernos paralelos», explica a la AFP el politólogo John Magdaleno.
Elías Jaua, derrotado por Capriles en Miranda, combina su labor de canciller venezolano con la de presidente de CorpoMiranda.
«Partidización institucional»
Los venezolanos están convocados a acudir a las urnas para elegir alcaldes y concejales en unos comicios que analistas y la oposición consideran una suerte de plebiscito sobre el gobierno del presidente Nicolás Maduro, afectado por una fuerte crisis económica, con alta inflación y desabastecimiento.
El mandatario aparece prácticamente a diario en la televisión oficial, y en muchas de estas transmisiones inaugura con los presidentes de estas corporaciones obras como escuelas, carreteras o puestos de salud sin invitar a los gobernadores opositores, acusados por el chavismo de haber abandonado sus estados.
«Nosotros hemos venido a gobernar directamente, a construir fábricas para que el pueblo de Miranda tenga empleo, a atender los temas de la salud, de la educación», ha dicho el presidente en un ataque directo a Capriles, que impugnó la estrecha victoria de Maduro -1,49% de los votos- en las elecciones del pasado mes de abril.
El gobierno califica de «desgobernador» a Capriles, que siguió recorriendo el país en actividades políticas después de las presidenciales y ahora es el jefe de la campaña de la oposición para los comicios del 8 de diciembre de alcaldes y concejales.
Y ante la «ausencia» de Capriles, el gobierno presenta a Jaua como el «Protector de Miranda». «Es demasiado tropical esto de ocuparse de las políticas externas de Venezuela y las locales de Miranda al mismo tiempo», opina Magdaleno sobre Jaua. «Al chavismo no le queda otra que confrontarlo públicamente y procurar cambiar el clima de opinión del estado (Miranda)» de cara a las municipales, agrega.
Por su parte, el politólogo y profesor universitario Nicmer Evans identifica un problema de «partidización de las instituciones para generar proselitismo político en momentos de coyunturas electorales con fondos del Estado». «Allí está el delito porque allí sí hay una irregularidad, no en la creación de las corporaciones (…). Hay un abuso desde el punto de vista de la institucionalidad, que no puede ser utilizada para esto», opina a la AFP.
Los antecedentes de estas entidades especiales se remontan a los años 60, cuando se funda la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), en el sur del país, cuyo fin era y sigue siendo la supervisión y coordinación de la producción de las empresas básicas y sus dividendos.
A finales de los años 80, con el proceso de descentralización en Venezuela, se fueron conformando distintas corporaciones seccionando el territorio, adjudicadas al ministerio de Planificación. Otra surgió después de que el gobierno del fallecido Hugo Chávez perdiera la alcaldía metropolitana de Caracas y colocara a Jacqueline Farías como jefa de gobierno del Distrito Capital, una instancia creada como el «primer ensayo para lograr gestiones paralelas donde el gobierno no tiene el control», según Magdaleno.
Diferencias presupuestarias
Capriles denuncia que «el dinero que le asignan a Corpomiranda no es para resolver problemas, sino para politiquería» y que además es mayor al aprobado a la gobernación de Miranda en 2013, que es de 4.074 millones de bolívares (646 millones de dólares a tasa oficial), lo que representa el 8,46% del presupuesto de la nación.
«‘Corpomatraca’ (NDLR: matraca es coloquialismo para corrupción en Venezuela) recibe seis veces los créditos adicionales que ha recibido Miranda. ¿Acaso los ingresos petroleros son del PSUV (partido de gobierno)? ¿O es que creen que los venezolanos nos vamos a poner de rodillas o tenemos precio?», cuestionó.
Sin embargo, Jaua escribió en twitter que el presupuesto de CorpoMiranda «no llega a 1.500 millones» de bolívares. «Y estamos haciendo milagros para nuestro pueblo, con eficiencia y honestidad!», dijo. En Venezuela, los estados no tienen autonomía para emitir deuda y trabajan con los recursos que le asigna el gobierno central de la renta petrolera, casi el único producto de exportación en este país de 30 millones de personas.
En Amazonas, el gobernador opositor Liborio Guarulla denuncia la creación de CorpoAmazonas «como la manera que ellos (gobierno) tienen de opacar los logros de la gobernación», y sostiene que a diferencia de Jaua en Miranda, Nicia Maldonado (presidenta de la corporación) «no inaugura nada en el estado».
AFP