Los investigadores en el Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Michigan han identificado un tipo de mutación que se desarrolla después que las pacientes con cáncer de mama reciben terapia anti estrógeno. Las mutaciones explican una razón por la cual las pacientes a menudo se tornan resistentes a este tratamiento.
El estudio se publica en la revista Nature Genetics.
El descubrimiento surgió de un programa en el Centro Integral del Cáncer, de la UM, llamado Mi-ONCOSEQ en el cual se lleva a cabo la secuencia del ácido desoxirribonucleico y el ácido ribonucleico de las pacientes con cáncer avanzado para identificar todos los tipos de mutación genética que puedan desempeñar un papel en el cáncer. Los investigadores usan las conclusiones para encaminar las terapias que creen que darán mejor resultado. Pero también usan la información para descubrir nuevos enlaces genéticos. El análisis detallado permite que los investigadores identifiquen anomalías entre un número pequeño de pacientes.
En este caso observaron a once pacientes con cáncer de mama metastizado que estaba clasificado como receptor positivo de estrógeno, es decir que la hormona estrógena influía al cáncer. Éste es el tipo más común de cáncer de mama.
El análisis encontró que seis pacientes tenían mutaciones en el receptor de estrógeno. Todas ellas habían sido tratadas con un inhibidor de aromatasa, un tipo de compuesto que bloquea la producción de estrógeno.
Los investigadores hallaron, asimismo, que las mutaciones no habían estado presentes antes de que las pacientes iniciaran su tratamiento, lo cual significa que la terapia misma fue la causante del desarrollo o la selección de las mutaciones.
«Ésta es la forma en que el tumor evade la terapia hormonal. Estas mutaciones activan el receptor de estrógeno cuando no hay estrógeno, como es el caso cuando una paciente toma un inhibidor de aromatasa. Es, esencialmente un conmutador que ‘enciende’ o ‘apaga’ el receptor de estrógeno», dijo el autor principal del estudio Dan Robinson, profesor investigador asistente de patología en la Escuela de Medicina de la UM.
El conmutador, esencialmente, esquiva los efectos del inhibidor de aromatasa impidiendo que se ‘apague’ la señal del receptor de estrógeno. Es entonces que las pacientes se tornan resistentes a la terapia lo cual les deja pocas opciones de otros tratamientos. Este año unas 40.000 personas en Estados Unidos morirán por cáncer de mama, y en su mayoría tienen tumores que son receptores positivos de estrógeno.
«Por largo tiempo hemos tratado de entender por qué las personas se tornan resistentes a la terapia anti hormonal. Estas conclusiones arrojan una luz totalmente nueva sobre el problema. Ahora podemos observar cómo funcionan estos receptores de estrógeno, y podemos emprender el desarrollo de compuestos que inhabiliten o ataquen esa mutación», dijo la coautora del estudio Anne F. Schott, profesora asociada de medicina interna en la Escuela de Medicina de la UM.
Los investigadores también indicaron que se podrían desarrollar análisis de sangre que vigilen a las pacientes y detecten estas mutaciones para cambiar los tratamientos antes de que desarrollen resistencia. Todavía no se sabe con qué frecuencia ocurren estas mutaciones en el receptor de estrógeno. Actualmente no existen tratamientos que apunten a esas mutaciones.
«Los enfoques de la medicina de precisión nos permitirán entender cómo funcionan las terapias seleccionadas, pero otro problema importante es entender los mecanismos por los cuales los tumores se tornan resistentes a estos tratamientos porque así podemos impedir la resistencia o desarrollar estrategias para superarla2, dijo el autor senior del estudio Arul Chinnaiyan, director del Centro Michigan para Patología Translacional y Profesor S.P. Hicks de Patología en la Escuela de Medicina de la UM.