El líder palestino murió en noviembre de 2004 en un hospital francés, cuatro semanas después de padecer vómitos y dolores estomacales tras ingerir una comida
LAUSANA, Suiza. Los restos del líder palestino Yasser Arafat mostraron resultados de pruebas consistentes con envenenamiento con polonio y debería realizarse una investigación judicial, incluso cuando no implican una confirmación absoluta de que murió por esa causa, dijeron el jueves expertos suizos.
Los dos especialistas forenses formaron parte de un equipo internacional que exhumó los restos de Arafat en la ciudad cisjordana de Ramallah en noviembre pasado y tomó muestras para ver si había evidencias de que fue envenenado con el elemento radiactivo. Su informe fue publicado el miércoles.
«Nuestras observaciones son coherentes con una hipótesis de envenenamiento, en cualquier caso más consistentes que con la hipótesis contraria (de no envenenamiento)», dijo en una conferencia de prensa el director del centro de medicina legal del Hospital de la Universidad de Lausana, Patrice Mangin.
Pero permanecían las dudas de que se hubieran agotado todas las investigaciones forenses de las muestras existentes, agregó. Las muestras biológicas tomadas del cuerpo de Arafat en el momento de su muerte en noviembre de 2004 en un hospital de Francia han sido destruidas.
«La duda es suficiente para inducir a más investigación, pero a nivel judicial, abrir una pesquisa para analizar otros tipos de evidencia, no mediciones sino contactos entre palestinos y otras personas», dijo Mangin a Reuters en una entrevista.
«Desde mi punto de vista, la evidencia se encuentra más en el país donde el presidente Arafat estaba viviendo», agregó.
François Bochud, director del Instituto de Física Radiactiva de la universidad, agregó que la evidencia no era concluyente.
«¿Podemos decir con certeza que el polonio fue la causa de muerte del presidente Arafat? Desafortunadamente para aquellos de ustedes que quieren una respuesta clara y definida, la respuesta es no. Es decir, nuestro estudio no nos permitió demostrar categóricamente la hipótesis de envenenamiento por polonio», sostuvo.
Bochud dijo a Reuters que «no podemos decir cuánto polonio fue ingerido realmente, sólo que nuestras observaciones son compatibles con la hipótesis del envenenamiento».
• LAS PUERTAS
DEL INFIERNO
El informe técnico de 108 páginas fue entregado el martes en una reunión secreta en un hotel de Ginebra a la viuda de Arafat y a representantes de la Autoridad Palestina, quienes encomendaron la investigación y dividieron los costos en partes iguales.
El reporte abrió «las puertas del infierno», dijo a Reuters una persona cercana al tema.
El reporte fue publicado en forma íntegra en el sitio web del canal de televisión Al Jazeera, con sede en Qatar: http://link.reuters.com/zuk54v
Existen pocos casos conocidos de envenenamiento por polonio. El ejemplo reciente más famoso fue el del espía desertor ruso Alexander Litvinenko, quien bebió una taza de té envenenado en un hotel de Londres en el 2006.
Desde su lecho de muerte, Litvinenko acusó al presidente ruso Vladimir Putin de ordenar su muerte.
Bochud afirmó que pocos microgramos de polonio son suficientes matar a alguien.
«Por ejemplo, podría ser colocado en una bebida, o en alimentos, sería una posibilidad, 5 microgramos es casi nada», comentó.
«Lo que sabemos sobre la brecha de tiempo entre la ingestión de envenenamiento radiactivo y la muerte es que usualmente dura cerca de un mes. Esto es comúnmente observado en envenenamiento por radiación y este es, de hecho, también el caso que observamos con el señor Arafat», sostuvo Bochud.
La viuda de Arafat dijo a Reuters el miércoles en París: «Estamos revelando un crimen, un asesinato político».
«Está científicamente probado que no tuvo una muerte natural y tenemos pruebas científicas de que este hombre fue asesinado», agregó.
La viuda dijo que el polonio debió haber sido administrado por alguien «de su círculo cercano» porque los expertos le dijeron que el veneno habría sido puesto en su café, té o agua.
La mujer no acusó a ningún país o persona y reconoció que el líder histórico de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tenía muchos enemigos, aunque observó que Israel lo consideraba un obstáculo para la paz. El Estado judío negó cualquier involucramiento en su muerte.