El pasar de los años le pasa factura, tarde o temprano, a todas las personas. Sus signos suelen ser diversos pero los más comunes son la aparición de arrugas, pérdida de la memoria, problemas de circulación, enfermedades degenerativas, artritis, entre otros.
Para combatir estos efectos del transcurrir del tiempo, la Medicina Antienvejecimiento ha decidido incorporar en sus tratamientos la Terapia Neural. Este procedimiento parte de la premisa de que todas las partes del cuerpo están relacionadas entre sí, ya que mente, órganos y tejidos están conectados a una misma red nerviosa, que se encarga de regular sus funciones y mantenerlos en un máximo equilibrio posible.
La aparición de alguna irritación en este sistema (infecciones, estrés emocional, desarreglos hormonales, etc.) puede afectar su correcto funcionamiento, ocasionando diversas patologías en cualquier zona del cuerpo. Por ello, esta técnica neural busca neutralizar esas irritaciones para que el sistema nervioso se equilibre de nuevo.
Específicamente, la Terapia Neural es un tratamiento que tiene como objetivo que el organismo repare procesos patológicos a través de pequeños estímulos provocados por la aplicación procaína, analgésico local que bloquea la conducción nerviosa y previene el inicio y la propagación del impulso nervioso. Este procedimiento biorregulador se basa en el principio de estimulo y reacción y consiste en aplicar inyecciones de clorhidrato de procaína, en dosis muy bajas, en segmentos específicos del cuerpo en los que el sistema nervioso vegetativo ha sufrido alguna lesión.
De esta forma, la procaína se encarga de la restauración de los potenciales eléctricos alterados en la membrana celular, presentes en todas las patologías. Así, elimina las alteraciones que ocasionan la creación estímulos irritativos a la red nerviosa y reactiva los mecanismos de regulación para que el organismo produzca sus propias reacciones autocurativas. Esta técnica es mínimamente invasiva y no genera efectos secundarios. La mejoría, y a menudo, la sanación del paciente son inmediatas.
La aplicación de la procaína en esta terapia se debe a los beneficios que ofrece la combinación de sus dos nutrientes vitamínicos, el PABA (ácido paraaminobenzoico) y DEAE (dietilaminoetanol). Estos, al ingresar al organismo, son capaces de atravesar las capas delgadas de las membranas dañadas de las células enfermas, aumentando el consumo celular de oxígeno y aportando nutrientes para reparar o renovar las membranas afectadas.
Esta regeneración ayuda a acelerar la producción de proteínas, aumenta los niveles de ADN y beneficia las reacciones químicas dentro de la célula. Como resultado de todo esto, las funciones celulares mejoran y los síntomas de la enfermedad empiezan a aliviarse.
A su vez, la procaína ayuda a mejorar la circulación del tejido y estimular la producción de fosfatidilcolina, uno de los bloques que forman la membrana de las células. De esta manera, al contribuir a reintegración de partes de esta membrana celular, se combate una de las causas primarias del envejecimiento.
“Las personas que deciden tratarse con esta técnica presentan notables mejorías en distintos ámbitos. Las arrugas y pliegues asociados con la tercera edad, se suavizan, otorgándole una apariencia más firme y juvenil. La memoria regresa y los problemas de audición y dolores de cabeza se eliminan. Sus patrones de sueño mejoran y el efecto antidepresivo de la procaína aumenta la sensación de bienestar y salud. Los problemas relacionados con la arteriosclerosis, la circulación y la enfermedad de Parkison disminuyen notablemente”, explica la Dra. Margarita Botero, médico cirujano, especialista en Medicina Antienvejecimiento del Centro Médico Energía Vital Activa.
La terapia con procaína está indicada en alteraciones glandulares y sexuales (andropausia y menopausia), en la osteoporosis, en las distrofias, en síntomas psíquicos y físico debidos al estrés, en la depresión, en las enfermedades crónicas degenerativas y como un regenerador celular en casos de envejecimiento prematuro. Sin embargo, se recomienda también a personas jóvenes que desean mejorar la capacidad de su memoria o buscan disminuir o eliminar la depresión ligera.