Para alguien que acaba de crear un nuevo partido político pese a un veto de facto del Gobierno chino que no tolera la disensión, Wang Zheng tiene metas sorprendentemente modestas.
La semana pasada, Wang y otros partidarios del político caído en desgracia Bo Xilai, quien fue encarcelado por corrupción, formaron el partido Zhi Xian de China – literalmente, el partido «la constitución es la autoridad suprema». La agrupación nombró a Bo como «presidente vitalicio».
El Partido Comunista no ha permitido que se establezcan otros partidos de oposición desde que llegó al poder tras la revolución de 1949. La historia sugiere que no verá con buenos ojos este nuevo partido, especialmente cuando su líder es un exmiembro de las altas ramas del Partido Comunista.
Sin embargo Wang, una de las fundadoras del partido, insistió en una entrevista que no es una revolucionaria antigubernamental, que no impugna el derecho del Partido Comunista a gobernar y que acepta que ese derecho está consagrado en la constitución.
En cambio, el partido Zhi Xian Party sólo quiere que el Gobierno garantice la libertad de asamblea y elecciones.
«Hay varios sistemas importantes entregados por la constitución, como el Congreso Nacional del Pueblo y representantes del pueblo a varios niveles, pero esto no está ocurriendo de acuerdo a la constitución. Eso es lo que quiero recalcar», dijo a Reuters por teléfono.
Según la constitución de China, los «representantes del pueblo», equivalentes a miembros del parlamento en otros países, deberían ser elegidos directamente por la gente.
Sin embargo, eso no ocurre en la práctica. Las elecciones se realizan sin candidatos de la oposición y los candidatos oficiales son preaprobados por el Partido Comunista. Se sospecha ampliamente que los votos emitidos contra los candidatos no son contados.
Agencias