La lucha por patentes por valor de 1.000 millones de dólares entre los dos principales fabricantes de teléfonos multiusos en el mundo se reanuda en un tribunal de San José, California.
Los abogados de los rivales Apple Inc. y Samsung Electronics Co., de Corea del Sur, debían hacer sus presentaciones iniciales el miércoles en un juicio para determinar cuánto debe Samsung a Apple por copiar características importantes de iPhone e iPad.
Un jurado anterior otorgó a Apple 1.050 millones de dólares tras determinar que 26 productos de Samsung habían infringido seis patentes de Apple. Pero un juez halló que el jurado calculó erróneamente 400 millones de dólares para 13 productos y ordenó un nuevo juicio para determinar la cantidad correcta. El nuevo jurado tiene la prerrogativa de ordenar nuevos daños.
«La mayoría de los casos con tanto en juego debían haberse cerrado a esta altura, particularmente una vez que el tribunal ordenó un nuevo juicio para determinar daños, que podrían aumentar o disminuir sustancialmente la compensación», opinó el profesor de derecho de Notre Dame Mark McKenna, especializado en tecnología.
Pero McKenna agregó que un incentivo clave para que ambas partes llegaran a un acuerdo quedó anulado por la jueza Lucy Koh cuando se negó a prohibir las ventas en Estados Unidos de los productos de Samsung que el primer jurado determinó violaron las patentes de Apple.
Pase lo que pase, McKenna y otros expertos anticipan que el perdedor apelará.
Samsung y Apple están trenzados en encarnizadas batallas legales en el mundo a medida que luchan por la supremacía en el mercado de teléfonos multiusos, cuyo valor supera los 300.000 millones de dólares.
Apple ha sostenido ante la justicia, tribunales del gobierno y agencias regulatorias en el mundo que los teléfonos de Samsung en base al programa Android copian características vitales del iPhone. Samsung responde que algunas patentes de Apple no son válidas y que Apple también ha copiado tecnología de Samsung.
Ambas partes han ganado y han perdido escaramuzas legales durante los dos últimos años, y los analistas pronostican que los litigios seguirán durante meses.
La batalla actual es un mero anticipo de un juicio mucho más amplio dispuesto para marzo. Ese caso lidiará con productos más nuevos todavía en el mercado, mientras que el proceso actual es una batalla en torno a productos que tienen varios años y ya no se venden en Estados Unidos.
AP