Aunque sigue sus operaciones, el Gobierno Nacional mantiene la ocupación temporal de las instalaciones de baterías para vehículos Duncan, cuya sede se ubica en la Zona Industrial Maturín de la ciudad de Guarenas, en el estado Miranda.
Como fue informado a través de este medio, durante la tarde de este martes inició un proceso de inspección de parte del Indepabis y del Ministerio de Industrias que se extenderá por los próximos días, a causa de las diferentes irregularidades que fueron captadas desde el inicio de la verificación.
De acuerdo con las informaciones que trascendieron el día de ayer, el presidente del Indepabis Eduardo Samán pudo captar algunos fallos como la usura en la venta de las baterías para vehículos y las condiciones inhumanas en las que presuntamente labora el personal.
La medida que se ha adoptado es que los dueños de la empresa mantengan el control administrativo tanto de Duncan, como de su similar Titán, la cual tiene los mismos propietarios. Esta última se encuentra en el estado Aragua y es objeto de iguales procesos de inspección.
Se acordó la reducción en un 25% de los precios de los acumuladores.
«Los directivos están claros que van a tener el control administrativo de la fábrica, esto a efectos de evaluar y hacer una acompañamiento de los procesos productivos para garantizar la producción a los costos que corresponden», fueron parte de las declaraciones ofrecidas recientemente por el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez.
Especulación evidente
Mantienen que la especulación es evidente, por cuanto una batería de cierto amperaje es marcada como si tuviese una capacidad superior. El comprador termine siendo víctima de un fraude que finalmente le causa daños irreparables a su vehículos en muchos casos.
“Una batería en México que es de 700 amper la marcan aquí como si fuera de 1100 (…) realizan el cambio de amperaje basado en una norma que calcula la energía de la batería a 60 grados centígrados y en México se mide a -18 grados”, fue parte de la denuncia hecha por Eduardo Samán, quien afirmó que las investigaciones en este aspecto serán intensificadas, así como se evaluarán las condiciones en la que el personal de la fábrica presta sus servicios, pues aparentemente no contaban con implementos y herramientas básicas para el manejo de ciertos ácidos y líquidos de alta peligrosidad.