En Holanda, las navidades vienen antecedidas de un debate racial. ¿El motivo? El protagonista de las fiestas, San Nicolás, es un obispo blanco, mayor y que infunde respeto, mientras que sus ayudantes son unos jóvenes alocados, vestidos con ropas llamativas… y negros.
La discusión alcanzará su punto álgido este fin de semana, momento en que se espera la llegada al país de Sinterklaas (San Nicolás) acompañado de sus ayudantes, Zwarte Pieten (Pedritos, los negros).
Con su semblante afable y su barba blanca, San Nicolás es la figura más relevante de las fiestas de fin de año en Holanda. Viaja por todo el país repartiendo regalos, junto a sus pajes, unos jóvenes tiznados de negro, con pelo rizado y labios exageradamente grandes y rojos.
Para un sector de la sociedad holandesa esa imagen resulta humillante, racista, obsoleta y reminiscente del pasado esclavista de Holanda. Si bien la polémica data de años atrás, la discusión de este año está siendo particularmente encendida y en ella ha intervenido hasta Naciones Unidas.
«Racismo camuflado»
El artista holandés Quinsy Gario, nacido en Curaçao, emprendió hace unos años la batalla contra la representación de Pedro, el negro, bajo el lema Zwarte Piet is racisme (Pedro, el negro, es racismo). «La primera vez que pensé en esto fue cuando mi madre me contó que alguien la había llamado, a modo de insulto, Zwarte Piet«, explica Gario.
En noviembre de 2011, el artista fue detenido durante una protesta contra el desfile de San Nicolás y ahora, con una reciente intervención en una tertulia de televisión, parece haber abierto una caja de Pandora donde la discusión sobre un personaje quizá algo ridículo ha dado pie a todo un ejercicio de reflexión sobre la identidad y los valores de los holandeses.
«El movimiento en contra de Zwarte Piet está creciendo», le dice a BBC Mundo Willem Bosveld, experto de la oficina de Investigación y Estadísticas de Ámsterdam, que en 2012 condujo una encuesta sobre la actitud de los habitantes de Ámsterdam hacia este personaje.
«Si la fiesta de San Nicolás es una tradición, esta discusión está empezando a ser una tradición en sí misma», añade Bosveld, quien además es psicológo social.
«El punto más importante es que la mayoría de los holandeses blancos no consideran esto una cuestión discriminatoria. Yo mismo nunca hice la asociación con los negros. Pero los originarios de Surinam -antigua colonia holandesa- que habitan en Holanda lo consideran en términos de esclavitud. Esto lo hace más complicado», señala.
Para Patricia Schor, investigadora social de la universidad de Utrecht y una de las activistas que le pidió a la municipalidad de Ámsterdam que elimine a Zwarte Piet del desfile oficial, «sí se trata de un estereotipo racista». «Es una caricatura del siglo XIX», sostiene en entrevista con Eulimar Núñez, periodista de BBC Mundo.
«Y lo que yo digo es que esta caricatura se parece a otra que circulaba en la misma época, de un judío: con una nariz enorme, avaro, con una joroba y una bolsa de dinero en sus manos. Se puede ver en periódicos y libros de la época, y ya no volvió a verse.
«Si decimos que la caricatura del judío ya no es aceptable en la cultura actual (y por supuesto que no lo es), esta es entonces una posición que debemos asumir frente a todas las caricaturas y personajes racistas como Zwarte Piet«, subraya.
«Fiesta inocente»
Hasta ahora, la polémica por Pedro el Negro es un fenómeno que se circunscribe sobre todo a Ámsterdam.
Los opositores a este personaje se han concentrado en prohibir su presencia en la capital holandesa, pero no han tenido éxito. El pasado viernes, un juez determinó que los posibles incidentes de orden público no son motivo suficiente para vetar el desfile de los Zwarte Pieten cuando San Nicolás llegue a la ciudad el domingo a mediodía.
La propia Naciones Unidas se vio implicada en el acalorado debate. El 22 de octubre se dio a conocer una carta en la que una comisión de expertos en derechos humanos y minorías expresaba su preocupación por el posible carácter racista de Zwarte Piet.
Este documento generó gran malestar entre quienes consideran que Zwarte Piet es parte de una fiesta inocente.
Una de las integrantes de la comisión, Rita Izsák, le aclaró a BBC Mundo que ella y sus colegas no son empleados de la ONU, sino que son designados para emitir su opinión en ciertas materias.
Y la experta mantiene su posición.
«Al principio estaba preocupada por un elemento concreto de una tradición holandesa en particular, pero después de los cientos de mensajes recibidos, empecé a inquietarme por el ambiente en general y por la situación de los negros y otras minorías en el país europeo», le dice a BBC Mundo.
«Las personas tienden a creer que, si no experimentan algo, no existe. Pedro, el negro, no hiere a nadie, porque ellos mismos no se han visto enfrentados con situaciones de racismo o insultos por culpa de su figura. Sin embargo, muchos negros sí lo han vivido así y muchos niños negros han sido ridiculizados en la escuela», agrega.
Tanto, que puso en marcha una iniciativa para pedir que se respete la figura de Zwarte Piet. Con el nombre Pietitie.nl (juego de palabras entre petición y el nombre Pedro), van Boeckholtz y un amigo lanzaron una campaña en la red social Facebook que ha obtenido más de dos millones de «Me gusta» en poco tiempo.
«En un principio, me puse en el lugar de quienes se sienten discriminados», le cuenta Kevin van Boeckholtz a BBC Mundo. «Empecé a investigar y me di cuenta de que la figura de Zwarte Piet no tiene nada de racista. Es así porque se manchó con el hollín de la chimenea al bajar a las casas para dejar los regalos», explica.
«El proyecto ha crecido más allá de la idea original. Ahora queremos aprovechar el respaldo que tenemos para crear una fundación de ayuda a los niños enfermos que están en los hospitales», dice.
De frente o de espalda
Así las cosas, se puede decir que la llegada de San Nicolás este año será de las más esperadas de los últimos tiempos. En varias ciudades habrá desfiles el sábado pero el evento más concurrido será el de Ámsterdam el domingo.
Para evitar que haya violencia, los representantes del movimiento «Pedro el Negro es racismo» han pedido mostrar el rechazo dándole la espalda a la comitiva en su paso por el centro de la capital.
Por su parte, los defensores de la tradición esperan celebrar sin contratiempos un año más el momento que, de alguna manera, marca el inicio de las fiestas más entrañables para ellos.