El jueves, la fiscalía de Guerrero informó del hallazgo de los cadáveres de cinco hombres y una mujer; en tanto, en el estado de Jalisco, las autoridades hallaron 18 cuerpos en varias fosas clandestinas en una zona cercana al pueblo La Barca
Autoridades de México han hallado, desde el sábado, 24 cadáveres en varias fosas clandestinas ubicadas en Jalisco (oeste) y Guerrero (sur), dos estados donde bandas del crimen organizado se disputan plazas y rutas del narcotráfico.
El jueves, la fiscalía de Guerrero informó del hallazgo de los cadáveres de cinco hombres y una mujer en una fosa clandestina en El Salto, una comunidad rural del turístico balneario de Acapulco.
En tanto, en el estado de Jalisco, las autoridades hallaron varias fosas clandestinas en una zona cercana al pueblo La Barca, colindante con el vecino y convulso estado de Michoacán, de las cuales se han extraído desde el sábado pasado un total de 18 cadáveres.
El miércoles se dio a conocer el hallazgo de nueve de esos cuerpos -algunos mutilados-, y este viernes un agente de la procuraduría federal que participa en la pesquisa informó a la AFP sobre el descubrimiento de otros nueve cadáveres, entre los que se encuentra el de una mujer y otros cuatro «en estado de osamenta».
Las autoridades siguen excavando este jueves otros puntos señalados por perros de búsqueda en Jalisco, donde no se descarta que puedan hallarse más cuerpos.
Mientras los sembradíos de amapola proliferan en las montañas de Guerrero, los estados de Jalisco y especialmente Michoacán son el escenario de sangrientos choques entre cárteles como Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana y Jalisco Nueva Generación, que se disputan plazas y rutas del narcotráfico.
Las bandas del crimen organizado de estos tres estados, que además del narcotráfico se financian a través de extorsiones, secuestros y robos a pobladores y comerciantes, se han infiltrado en las instituciones y cuentan con el apoyo de numerosos policías locales.
La situación se volvió más tensa aún con el surgimiento desde principios de año de las llamadas «autodefensas», que son grupos de civiles que se levantaron en armas para protegerse del constante asedio de los criminales.
Desaparición de policías destapa las fosas
La fuente de la procuraduría que dio cuenta este viernes de las fosas en Jalisco, explicó a la AFP que su localización derivó de una pesquisa sobre la desaparición el pasado 3 de noviembre de dos policías federales, un caso por el que fueron arrestados 22 agentes municipales de Vista Hermosa (Michoacán).
Algunos de los detenidos confesaron que «detuvieron y entregaron» a los dos policías federales a miembros del cártel Jalisco Nueva Generación, con el que estarían coludidos, añadió la fuente.
Últimamente, las denuncias sobre autoridades inmiscuidas con el crimen organizado se han venido intensificando en varios estados del país.
A principios de mes, el gobierno mexicano desplegó sus fuerzas armadas para ocuparse de la seguridad y administración del puerto michoacano de Lázaro Cárdenas (Pacífico), ante los «actos de corrupción y de colusión» registrados en esa importante zona comercial.
Decenas de fosas clandestinas con cientos de cadáveres han sido encontradas en distintos puntos de México desde que se recrudecieron las pugnas entre narcotraficantes y los militares para detenerlos, que han tenido un saldo de al menos 77.000 muertos desde finales de 2006.
Uno de los casos más sonados sucedió en 2011, en un rancho del municipio de San Fernando (Tamaulipas, noreste), fronterizo con Estados Unidos, donde aparecieron 193 cadáveres de migrantes en fosas clandestinas, mientras que otros 49 fueron localizados en el municipio de Cadereyta (norte) en 2012.
El pasado 22 de agosto, las autoridades hallaron en las afueras de Ciudad de México una fosa con los cadáveres de 13 jóvenes que habían sido secuestrados en mayo a la salida de un céntrico bar, lo que levantó un debate sobre la extensión de la violencia del crimen organizado desde el interior hasta la capital del país.
AFP