Armados con ametralladoras y lanzagranadas, milicianos libios atacaron el viernes a manifestantes que pedían pacíficamente la disolución de las milicias armadas en Trípoli, la capital, dejando al menos 31 muertos y 200 heridos, dijeron la agencia noticiosa oficial y testigos.
El primer ministro libio, Alí Zidan, responsabilizó a manifestantes y extremistas por igual, aunque testigos dijeron que quienes protestaban estaban desarmados antes de que ocurriera el ataque. Sin embargo, en la noche, después de la agresión, algunos manifestantes ya habían conseguido armas y se enfrascaron en balaceras fuertes en el vecindario de Trípoli donde ocurrió el ataque.
Grupos armados instalaron puestos de control en la capital libia confiando en evitar que otras milicias entraran a la ciudad. Por la noche se escuchaban las sirenas de las ambulancias.
En tanto, el gran muftí (consejero legal islámico investido de autoridad pública) pidió a los manifestantes que paren las movilizaciones y dijo que el gobierno es responsable de acabar con las milicias en la capital.
La marcha que se realizó en Trípoli, a la que acudieron miles de personas, es la mayor muestra de repudio a las milicias que se ha registrado en meses. Desde la caída del dictador Moamar Gadafi en 2011, cientos de estos grupos, muchos de ellos a sueldo del gobierno, han escapado a todo control, desafían a las autoridades y lanzan violentos ataques.
Los manifestantes marchaban de una mezquita de Trípoli al cuartel general de una milicia originaria de Misrata con fuerte presencia en la capital ondeando banderas de Libia y otros de color blanco mientras cantaban: «Queremos ejército, queremos policía», porque desean que las débiles fuerzas de seguridad remplacen a las milicias.
Cuando se acercaban al edificio, milicianos vestidos de civil y otros que usaban uniformes militares salieron de la sede de la milicia y abrieron fuego contra los manifestantes con armas automáticas, lanzagranadas y fusiles antiaéreos. Imágenes del canal de televisión privado al-Nabaa mostraron a los manifestantes que trataban de escapar de los disparos mientras otros cargaban a víctimas ensangrentadas.
Hanan Salé, investigadora de Human Rights Watch en Trípoli, dijo a la AP que en una morgue vio siete cadáveres.
«La situación es caótica. Se ve a hombres armados corriendo», dijo. «Creemos que habrá más muerto», agregó.
Los milicianos también golpearon a un periodista y un fotógrafo, quienes después fueron rescatados por los manifestantes. Tras el ataque, algunos de quienes participaron en la protesta marcharon hacia la mezquita mientras otros se quedaron cerca del cuartel de la milicia. Muchos pidieron al director del concejo municipal de Trípoli que use la fuerza para expulsar a las milicias.
AP