Chile comenzó a votar este domingo para elegir al sucesor del derechista Sebastián Piñera, con una incógnita de participación electoral pero con el casi seguro triunfo de la socialista Michelle Bachelet, que con un paquete de reformas llevaría al país a girar nuevamente a la izquierda.
La jornada arrancó a las 08H00 locales (11H00 GMT), con la apertura de las mesas receptoras de sufragios, que dos horas más tarde se habían constituido en un 93,6%, de acuerdo a un primer reporte de la Servicio Electoral (Servel).
Las mesas, unas 41.000 en todo Chile, permanecerán abiertas durante 10 horas.
La favorita para adjudicarse las elecciones, la exmandataria socialista Michelle Bachelet, votó temprano, afirmando su deseo de imponerse en primera vuelta, una opción que las encuestas consideran posible.
«Nos gustaría y ese ha sido nuestro esfuerzo de convocar a votar para ganar en primera vuelta, porque hay muchas cosas que hacer», afirmó una sonriente Bachelet, tras votar en un colegio del oriente de Santiago, en medio de numerosos periodistas y adherentes.
«A nosotros obviamente nos gustaría ganar en primera vuelta», agregó la exmandataria, que los sondeos le dan 47% de intención de votos.
Descontados nulos y blancos, los sondeos indican que Bachelet, de 62 años, podría imponerse en primera vuelta, para lo cual necesita el 50% más uno de los votos.
«Existe una probabilidad más o menos sustantiva de que Bachelet gane en primera vuelta, sin perjuicio de que existan nueve candidatos en competencia», dijo el analista electoral, Mauricio Morales a la AFP.
Pero su más cercana contendiente, la derechista Evelyn Matthei, -a la que Bachelet aventaja por más de 30 puntos- afirmó tras votar que está segura que pasará a segunda vuelta.
«Estamos bien seguros de que vamos a pasar a segunda vuelta, pero en fin, al final, la única encuesta que vale es la de hoy día», dijo Matthei tras votar en un colegio de Santiago.
Incógnita sobre participación
En una elección en la que debuta el voto voluntario a nivel presidencial y en la que hay un cifra récord de nueve candidatos, no hay proyecciones certeras sobre la participación electoral. Como único antecedente está el 60% de abstención de los comicios municipales de octubre de 2012.
El Servicio Electoral ha estimado que entre siete y nueve millones de personas podría concurrir a votar este domingo, que en las primeras horas se presentaba nuboso en Santiago, pero en la que se esperaban altas temperaturas en la tarde.
Tras votar junto a su esposa, Cecilia Morel, el presidente Sebastián Piñera reafirmó su llamado a la población a concurrir a votar.
«Vale la pena hacerlo, vengan a votar», afirmó el mandatario, que entrega el mando el próximo 11 de marzo al ganador de estos comicios.
«Esto es incierto. Hasta ahora es una gran incógnita. Quizás puede que venga mucha gente, como también mucha gente que se reste a venir. Ojalá que así no sea», dijo a la AFP Enrique Avilés, uno de los primeros en concurrir a votar en un colegio del centro de Santiago.
La carrera por el poder
Después de dejar el gobierno en 2010 con una popularidad récord de más del 80% e impedida por ley de acceder a la reelección inmediata, Bachelet comunicó en marzo su intención de volver a postularse, convocando a «una nueva mayoría política y social» para acometer los cambios que la sociedad chilena reclama.
Su propuesta de una profunda reforma educativa que se hiciera eco de las multitudinarias marchas estudiantiles que exigieron educación pública, gratuita y de calidad, y para redactar una nueva Constitución que acabe con la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), le valió el apoyo del Partido Comunista, que se integró al pacto electoral, la Nueva Mayoría, que integran también socialistas y democratacristianos.
Pediatra y madre separada de tres hijos, Bachelet ha propuesto también una reforma tributaria para recaudar unos 8.000 millones de dólares (3% del PIB), la reinstauración del aborto terapéutico -prohibido en Chile en todas sus formas- y abrir un debate sobre matrimonio igualitario.
Sus propuestas, ausentes durante su primera gestión, marcan un giro más a la izquierda de Bachelet, acorde con las posturas que hoy muestra la sociedad chilena, pero que le valieron fuertes críticas de parte de su rival oficialista, que apunta a la continuidad.
«El proyecto nuestro apunta a la Alemania de (la canciller Angela) Merkel. El proyecto de ellos (la coalición que encabeza Bachelet) apunta a la Alemania del muro de Berlín», dijo Matthei, en medio de la campaña.
Su disputa con Matthei tiene ribetes dramáticos. Ambas son hijas de generales de la aviación que fueron muy amigos y de niñas compartieron juegos infantiles. El golpe de Estado que instauró la dictadura de Augusto Pinochet, en 1973, cambió el rumbo de sus vidas.
Mientras que el general Alberto Bachelet fue detenido y torturado hasta la muerte por mantenerse fiel al gobierno de Salvador Allende, Fernando Matthei formó parte de la junta militar del régimen y aunque estaba a cargo del lugar donde permaneció detenido el general Bachelet la justicia comprobó que no tuvo participación en su muerte.
Para concretar los cambios, Bachelet necesita una amplia mayoría en el Congreso, que renueva este domingo a sus 120 diputados y a 20 de sus 38 senadores.
AFP