Si usted está preparando una misión espacial o, por el contrario, si el presupuesto de sus vacaciones no alcanza para llegar hasta otro planeta, buscar otros mundos en éste puede funcionar como alternativa.
El Catálogo de Análogos Planetarios, producido por la Agencia Espacial Europea, recopila 30 lugares terrestres –y los describe con información útil al estilo de una guía de viajes– que por sus características climáticas y geológicas se parecen a los ambientes de otros planetas, o al menos a cómo los científicos creen que pueden ser otros mundos lejanos.
Así que si uno sueña, por ejemplo, con conocer Marte o la Luna, bien puede dirigirse a Tenerife, en las Islas Canarias. Allí, tal como sugiere el catálogo, el volcán Teide ofrece un «un buen análogo visual y geográfico».
Los valles secos de Antártica, el volcán Kilauea en Hawái y varias zonas de Islandia y Australia figuran en la guía, que no sólo detalla peculiaridades geológicas, también incluye información de relevancia logística, como la distancia a la gasolinera más cercana.
Y no todos los análogos están en lugares apartados o inaccesibles: el catálogo menciona sitios como cráteres de impacto (causados por un meteorito) en Arizona, Estados Unidos, y el Río Tinto, en la provincia española de Huelva.
Volcanes, desiertos y zonas de tundra desperdigados en los siete continentes conforman la lista de parecidos alienígenas.
Exploradores extraterrestres
En verdad, esta guía fue concebida para servir a los científicos que trabajan en misiones espaciales y realizan pruebas en la Tierra antes de lanzarse, o lanzar instrumentos, al espacio.
Y es que la investigación en los sitios más extraños del planeta es de gran ayuda en la preparación de misiones tripuladas o robóticas y también en la búsqueda de señales de vida extraterrestre.
Por ejemplo, el desierto de Atacama en Chile –otro de los análogos planetarios que figuran en el catálogo– fue escenario de las pruebas de un vehículo explorador para un proyecto europeo de misión marciana, y de otro rover de la Nasa.
Este tipo de pruebas permiten a ingenieros y científicos examinar en qué clase de terreno puede moverse el artefacto, qué tipo de cuestas o desniveles es capaz de superar y si es posible tomar muestras de la superficie.
Además, tal como explica a BBC Mundo Louisa Preston, coautora del catálogo e investigadora de la Universidad Abierta de Reino Unido, estos ambientes extremos albergan formas de vida inusuales, conocidas como extremófilos.
El estudio de estos organismos, dice Preston, ofrece información valiosa «para entender qué clase de vida puede existir en otros planetas».
Destinos inusuales
«Yo he tenido la suerte de trabajar en varios de estos lugares», dice la investigadora, que también es geóloga y experta en astrobiología.
«Una de las áreas en las que más he trabajado es Islandia, que es un lugar muy fascinante».
«Está cubierta de lava, con la misma composición que encontramos en Marte, tiene volcanes, géiseres, y creemos que Marte tuvo géiseres alguna vez, de hecho hay géiseres en Encélado, una de las lunas (de Saturno) más lejanas del Sistema Solar», relata Preston.
«Un lugar en el que no he estado y que me encantaría conocer es Antártica», dice la investigadora sobre el sitio que encabeza el peculiar catálogo.
Pero los lugares terrestres que parecen extraterrestres no atraen únicamente a los expertos.
«Ahora (el catálogo) está disponible en internet y educadores, estudiantes, o simplemente cualquier persona interesada, pueden aprovechar su lectura y conocer lugares a los que ellos mismos pueden ir, y visitar y estudiar y sentir que están en otro mundo sin tener que ir muy lejos», señala Preston en conversación con BBC Mundo.
Datos útiles
La información que recopila el catálogo está basada en la experiencia de una extensa red de científicos, e incluye datos prácticos que van desde el alojamiento hasta la peligrosa cercanía de fauna silvestre.
«Hay rutas asfaltadas desde Antofagasta -se puede leer, por ejemplo, en el capítulo dedicado al desierto de Atacama-, luego caminos de tierra, y finalmente sólo la superficie natural. Es indispensable un vehículo todoterreno, un GPS y planificar las rutas con antelación utilizando imágenes satelitales».
Sin embargo, y aunque los sitios parezcan de otro mundo, advertencias como la que sigue, también referida a Atacama, recuerdan que al fin y al cabo este es un planeta muy humano.
«Un detalle importante para señalar es que el desierto no está vacío. Hay muchas operaciones de minería activas y gente viajando. Así que no dejen ningún equipo o material sin supervisión porque desaparecerá».