El mandatario pidió ayuda a los jóvenes en la «ofensiva contra el capital usurero, los especuladores y la guerra económica» que ha emprendido en los últimos meses. Añadió que los estudiantes se incorporarán a partir de este fin de semana a las inspecciones «contra el capital especulativo» en los centros comerciales
El presidente Nicolás Maduro obtuvo esta semana poderes para gobernar por decreto durante 12 meses, unas facultades que ha asegurado que empleará en «adecentar» el país para llevarlo a un nuevo sendero de transición hacia el socialismo, aunque de la mano de una vieja receta.
La Ley Habilitante, como denomina la Constitución al mecanismo de atribución al presidente de facultades legislativas sin control parlamentario, ha sido utilizada por los últimos cinco presidentes del país, incluido el fallecido Hugo Chávez, que llegó a recurrir a ella hasta en cuatro ocasiones.
De los últimos 80 meses (desde febrero de 2007) Venezuela ha tenido un presidente con poderes especiales durante 36. Los gobernantes Jaime Lusinchi (1984-89), Carlos Andrés Pérez, en su primer mandato (1974-79), y Rafael Caldera (1994-1999) apelaron a la Habilitante por distintos motivos, en su mayor parte económicos.
Ese ha sido también el principal argumento esgrimido por Maduro, cuyo Gobierno ha optado por respuestas drásticas a una inflación que se sitúa en torno al 55 % en los últimos doce meses.
Aunque inicialmente, cuando anunció su intención de pedir los poderes, el sustento principal de la solicitud era la lucha contra la corrupción, la ofensiva lanzada en las últimas semanas para tratar de contener los altos precios ha terminado decantando hacia ese campo la justificación política de la medida.
La carta económica cobra particular importancia a poco más de dos semanas para las elecciones municipales, la primera reválida electoral en el país tras los comicios del 14 de abril, ganados por Maduro y cuyo resultado aún hoy no reconoce la oposición.
Las dos primeras leyes que Maduro aprobará en el marco de la Habilitante son una sobre ganancias y costos de las empresas y otra que creará nuevos organismos rectores del sistema de administración de divisas en un país en el que el Estado monopoliza la gestión y entrega de moneda extranjera.
Ninguna de las dos normas son nuevas. Hace poco más de dos años Chávez promulgó una Ley de Costos y Precios Justos que pretendía regular los valores de venta al público de todos los productos comercializados en el país.
Tampoco la creación del Centro de Comercio Exterior de Venezuela y la Corporación de Comercio Exterior supone una solución nueva. En febrero pasado, junto a una devaluación del 31,7% del bolívar se reformaron los mecanismos de entrega de moneda extranjera eliminando una de las instancias de otorgamiento de divisas y creando otra.
El valor real de una Habilitante con el chavismo en poder de la mayoría absoluta del Parlamento despierta división de opiniones entre quienes consideran que no es más que un acto simbólico y un alarde de fuerza y quienes afirman que esta herramienta efectivamente permite acelerar los tiempos en la toma de medidas importantes.
Maduro ha alternado el tono a la hora de explicar lo que pretende con la Habilitante. Por una parte ha hablado de «adecentar», de poner orden en el apartado económico y de corregir los desequilibrios que existen y, por otra, ha hablado de «ofensiva estremecedora» y de «plan arrasador» a la hora de expresar los términos en que pretende luchar contra la corrupción.
El segundo apartado parece quedar aparcado hasta 2014, según ha dicho el propio Maduro, y en el primero prima más el planteamiento de la corrección de los desequilibrios que la toma de decisiones radicales.
«Dudo que puedan decirse que son leyes que pretenden radicalizar el camino hacia el socialismo, sino que por el contrario van a estar orientadas al restablecimiento de un nuevo orden del Estado», indicó a Efe Nícmer Evans, profesor de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela.
Es imposible desconectar la aprobación de la Habilitante de las elecciones municipales del 8 de diciembre. Las medidas tomadas en las últimas semanas por el Gobierno para atajar los altos precios con la ocupación con militares de una cadena de electrodomésticos, las inspecciones, detenciones y multas a empresas tendrán un efecto aún incierto en el voto.
Sin embargo, el panorama que se abre con los poderes especiales de Maduro apunta sobre todo al escenario postelectoral.
Con una larga travesía de casi dos años hasta las elecciones parlamentarias de 2015 para un país que ha hecho de los citas electorales el motor de su vida política, el presidente se queda con la capacidad para actuar en diversos ámbitos más allá de los ya señalados.
«En el corto plazo las medidas económicas intentan recuperar terreno en el territorio de la popularidad del presidente (…), pero creo que la jugada está pensada como una medida para enfrentar el clima postelectoral del 8 de diciembre», indicó a Efe el politólogo John Magdaleno, del IESA.
EFE