No sabemos que es más complicado entre combatir la corrupción o enderezar la economía
La oposición venezolana acaba de recibir otro arponazo sonoro. La Ley habilitante se va a convertir en un hueso duro de roer, pero también puede ser un arma de doble filo que no admite excusas si el gobierno no logra cumplir el cometido prometido: combatir frontalmente la corrupción y enderezar la economía del país.
Ambas cosas, para usar el lenguaje del siempre recordado y admirado Juan José Delpino son poco más que ciclópeas y en una democracia normal serían pan comido, pero en la nuestra la cosa resulta verdaderamente difícil.
No sabemos que es más complicado entre combatir la corrupción o enderezar la economía. Lo primero luce difícil porque ese karma está demasiado consolidado dentro del proceso. Frente a un país que ha dispuesto de exorbitantes cantidades de dinero en la última década, los mariscales del latrocinio se las han ingeniado y se las ingenian para montar un tinglado que corroe prácticamente todas las instituciones de manera vulgar, especialmente en la industria petrolera que ni siquiera tuvo reparo en respetar el fondo de los jubilados.
Ya es trillado decir que el gobierno no necesita una habilitante para combatir la corrupción, pero el empeño finalmente fue cumplido y ahora toca acciones más contundentes que se supone tocará también a otros instituciones. Las acciones iniciales han tenido blancos fijos dentro del gobierno. Se trata de disidentes o desobedientes de la línea oficial, tal como ocurre con el ex gobernador de Guárico y el ex alcalde de Valencia, pero jamás hemos visto acciones contra un pez gordo cuyas acciones son visiblemente conocidas por toda la sociedad. A menos que el gobierno decida pelear consigo mismo, de manera que lo más probable es que se continúen descubriendo chivos expiatorios y después perfilarán los cañones ante la oposición. Eso sí, ante el adversario se actuará sin compasión, igual a la receta cubana.
En cuanto a la economía, sin ser especialistas en la materia –tan solo manejamos instintivamente nuestro modesto presupuesto personal- no hay que ser un dechado de virtudes para entender que atropellando al sector productivo y produciendo medidas espasmódicas y estridentes contra la especulación se va a arreglar el problema económico, ni se va a borrar de un plumazo la inflación. Todo lo contrario, la gran expectativa existente en el país. La gran pregunta que muchos se hacen. ¿Qué va a pasar una vez que pase esta vorágine de pasiones desatadas con los electrodomésticos y otros comercios que han sido “regulados” por el estado?
Cuesta creer que después de esta extralimitación gubernamental los comerciantes se atreverán a continuar en el negocio. A este respecto queremos advertir que la acción del gobierno contra la especulación no es condenable, pero si es censurable la forma y la manera como se manejó la situación y su consecuente ejecutoria por parte de la población.
Gobierno nada
contra la corriente
El otro capítulo de la habilitante es que con esos “supra poderes”, innecesarios e inconvenientes, el gobierno corre el riesgo de que se le “pase la mano” contra la disidencia como parecen avizorarse las cosas lo cual pone en el ambiente un escenario de confrontación ante una oposición nada dispuesta a ponerse de rodillas frente a la amenaza.
El gobierno parece sigue sin entender que mientras hayan medidas que cercenen libertades y lesionen al aparato productivo y a la sociedad, tendrán oposición y resistencia.
Nadie absolutamente nadie, puede pretender que a los demás se le puede “inyectar” una ideología, un credo y una conducta.
Podrán manipularse algunos, pondrán ratificarse la solidaridad y la convicción de otros, pero no entender que existe otra mitad que no está de acuerdo con esta forma de gobernar, es pretender ocultar una realidad y nadar contra la corriente.
Por eso ante esta coyuntura difícil como todas las sociedades en conflicto, al venezolano se le impone ir a votar y demostrar que esa otra mitad necesita ser oída y que está dispuesta a defender sus espacios.
No votar es sencillamente convalidar complacientemente lo que ocurre, y ya el venezolano ha ensayado mucho como para seguir jugando con fuego, porque un día de estos, nos vamos a quemar de verdad.
ARENA Y CAL
LA CRISIS venezolana pasa por varios escenarios y por varios actores. La semana pasada supimos y confirmamos que en Miami se reunieron un importante editor, la propietaria de un portal de noticias digital con uno de los nuevos dueños de Globovision. ¿Contubernio?, ¿Complicidad?, ¿Intereses personales? Póngale el calificativo que quiera, amigo lector. Pero es así.
LA OPOSICIÓN se encamina a un triunfo electoral el próximo 8-D lo cual va a ser percibido por el gobierno con menos preocupación ya con la Ley Habilitante a disposición, lo cual le permite a Maduro espantar los malos espíritus de adentro y de afuera.
LO DE DAVID UZCÁTEGUI se veían venir. Lo habíamos advertido sin ser pitonisos, sino sencillamente realistas. Es otra de las formas que utiliza el gobierno que se molesta cuando en este país se habla de que no hay poderes autónomos. Los días y los hechos demuestran lo tuerta que está la llamada Dama Ciega.
HAY CIERTA inquietud con la tendencia a la baja de los precios del petróleo, sin embargo es previsible que el crudo se mantenga estable y permita al gobierno que trabaja con un presupuesto figurado ajustar sus cuentas.
EL TUY. Han avanzado bastante los candidatos de la MUD en el Tuy donde cada vez se manifiesta mayor rechazo por los aspirantes del Psuv. No es fácil la pelea porque Corpomiranda ha enfilado todas sus baterías en esa región, pero las tendencias pueden cambiar. Los reportes que tenemos son alentadores, especialmente en Independencia donde Azael Méndez luce encaminado a dar el batacazo.
CANELO. Se nos fue Julio García “Canelo”, un fotoperiodista de gran profesionalismo. Recién conversamos con él en los altos mirandinos donde residía. Se nos va un grande, un duro y un maestro. Mientras aún uno no se repone de esto, nos encontramos con el despido de Omar Lugo de El Mundo en una muestra más de cuán amenazada está la libertad de expresión en el país.
EN LOS TEQUES se ha anunciado la construcción de 43 torres de 4 pisos en las adyacencias de la Cueva del Indio. Un ecocidio sin precedentes que solo duele a los ambientalistas. ¿Habrá alguien que reaccione?
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Jairo Cuba