¿Cómo es posible que los llamados «combos» cuesten en Venezuela unos 150 bolívares; lo que equivale, a cambio oficial, a unos 23 dólares o 18 euros; mientras que en Europa los mismos combos tienen un costo no mayor a 8 euros?
¿Por qué motivo los combos de las franquicias, en Venezuela, cuestan unos 10 euros (85 bolívares) más que en el resto del mundo? De acuerdo a estas cifras, las ganancias de dichas franquicias deben estar por encima del 100%
Muy buenas las acciones de fiscalización que han demostrado que en Venezuela, en vez de comerciantes, tenemos ladrones; en su mayoría. Pero he notado con preocupación que, las mismas fiscalizaciones hechas a las tiendas de electrodomésticos y otros, no se hayan efectuado al rubro de los alimentos en general.
Y es que los precios de diferentes rubros alimenticios también ha sufrido el efecto de la especulación, sobretodo los alimentos importados que no forman parte de la cesta básica.
Así como se ha fiscalizado el rubro de electrodomésticos se debe fiscalizar el rubro de los alimentos. Pero dentro del rubro de alimentos hay uno en el que la usura es descarada y que afecta directamente el bolsillo de los trabajadores, este no es otro que el de las franquicias de comida rápida.
En principio, se supone que la comida llamada «rápida» es más barata que la comida servida en restaurantes, que por cierto, sentarse en un restaurante es un lujo.
Lo cierto es que las franquicias trasnacionales de comida rápida practican la usura en Venezuela sin ningún tipo de control.
¿Cómo es posible que los llamados «combos» cuesten en Venezuela unos 150 bolívares; lo que equivale, a cambio oficial, a unos 23 dólares o 18 euros; mientras que en Europa los mismos combos tienen un costo no mayor a 8 euros?
¿Por qué motivo los combos de las franquicias, en Venezuela, cuestan unos 10 euros (85 bolívares) más que en el resto del mundo? De acuerdo a estas cifras, las ganancias de dichas franquicias deben estar por encima del 100%.
Y si vemos el precio de los productos importados como pastas, golosinas y otros, la diferencias son groseras; por ejemplo una pasta de chocolate de 200 gramos que en su país de origen cuesta unos 2 o 3 euros (unos 20 bolívares), en Venezuela cuesta 250 bolívares (30 euros) ¿por qué? si uno de los rubros que recibe religiosamente dólares oficiales es el sector de alimentos.
Es hora de fiscalizar a las importadoras de alimentos. No puede ser posible que cada vez que vamos al mercado se gasta más por los mismos productos, muchos de los cuales no tienen nada que ver con importación, y aún así tienen precios elevados sin ninguna justificación y desde febrero hasta hoy han ido aumentando mes a mes. Es el momento de fiscalizar a las importadoras y distribuidoras de alimentos, porque la comida es muchísimo más importante que otros rubros y hechos los locos nos han ido aumentando los precios poco a poco.
Se supone que el bono de alimentación del que gozamos los trabajadores es para la comida de la jornada de trabajo, pero a los precios que tienen los alimentos elaborados bien en restaurantes o en comida rápida están muy por encima de lo que se recibe por bono de alimentación; mientras que los mismos productos en otras naciones cuestan menos de la mitad de lo que cuestan en Venezuela.
Carlos Sánchez