La manifestación se produjo mientras se intenta reconstruir a la empobrecida nación caribeña después del devastador terremoto de 2010, que desplazó a más de un millón de individuos
PUERTO PRINCIPE. Varios miles de personas se lanzaron el domingo a las calles de la capital haitiana para protestar contra el gobierno del presidente Michel Martelly, en una de las manifestaciones más grandes de este año en Puerto Príncipe contra el mandatario.
La manifestación se produjo mientras el gobierno intenta reconstruir a la empobrecida nación caribeña después del devastador terremoto de 2010, que desplazó a más de un millón de personas y destruyó miles de viviendas.
Las quejas de los manifestantes incluían el alto costo de vida, el aumento de los precios de los alimentos y las denuncias de corrupción, mientras la multitud serpenteaba por los barrios más pobres de Puerto Príncipe. Algunos manifestantes portaban pequeñas tarjetas rojas, en una alegoría futbolística para sugerir que Martelly ha cometido demasiadas faltas desde que tomó posesión como presidente en mayo de 2011.
El gobierno de Martelly no tuvo ninguna reacción pública inmediata a la protesta.
Martelly, una estrella de la música pop antes de dedicarse a la política, se presentó como un candidato ciudadano cuando se postuló para la presidencia. Prometió educación gratuita y casas para personas desplazadas por el terremoto. Sin embargo, algunos haitianos se quejan de que Martelly no ha estado a la altura de sus compromisos para mejorar sus vidas en uno de los países más pobres del mundo.
«El presidente ha hecho tantas promesas, pero nada se ha hecho realidad», dijo el manifestante Max Dorlien. «Sólo una camarilla de amigos está ganando dinero».
La protesta del domingo se produjo después de varias semanas de manifestaciones mayoritariamente pacíficas en poblaciones rurales, y se prevén más para octubre.
También marcó el 21er aniversario de la primera expulsión de Jean-Bertrand Aristide, el ex sacerdote que fue presidente en dos ocasiones y regresó a Haití el año pasado, después de siete años en el exilio. Desde su regreso, Aristide se ha mantenido en su complejo en la capital y fuera de los reflectores, lo que alimenta la especulación generalizada sobre su importancia política.
AP