Durante una rueda de prensa solemne desde la Casa Blanca poco después de lograr el acuerdo, Obama advirtió de todas formas que si Irán no respeta los términos pactados, el alivio de las sanciones concedidas equivalentes a unos 7 billones de dólares se convertirán en más presión y ahogo a la economía iraní.
Asimismo, dijo entender el escepticismo de Israel y los aliados de Estados Unidos en el Golfo ante el acuerdo.
«Hoy, Estados Unidos con sus aliados más cercanos ha dado un importante primer paso hacia una solución ante nuestra preocupación por el programa nuclear de la República Islámica de Irán», declaró Obama.
«Por primera vez en casi una década hemos parado los progresos del programa nuclear iraní y partes muy importantes del programa serán anuladas», dijo por su parte Obama.
«Las nuevas inspecciones permitirán un amplio acceso a los equipos nucleares iraníes y permitirán a la comunidad internacional verificar si Irán cumple sus compromisos», aseguró el mandatario estadounidense.
Obama afirmó que el pacto «bloquea el camino más evidente» a que Irán logre la bomba atómica.
Según un funcionario estadounidense que pidió el anonimato, el acuerdo no da a Irán el «derecho» a enriquecer uranio y prevé «neutralizar las reservas (de combustible nuclear» enriquecidas a 20%».
Obama, que desde su primera campaña electoral de 2007-2008 siempre ha promovido la idea de tender una mano a los enemigos de Estados Unidos -entre ellos Irán-, pero sin dejar de alentar un endurecimiento de las sanciones para presionar la economía de Teherán, reconoció que «con la elección del nuevo presidente iraní (Hasan Rohani) este año, ha emergido una nueva apertura diplomática».
A finales de septiembre, Obama mantuvo una conversación telefónica con Rohani, la primera entre los mandatarios de Estados Unidos e Irán desde 1979, cuando la revolución islámica provocó la ruptura de sus relaciones diplomáticas.
El presidente estadounidense ha enfatizado que el acuerdo alcanzado en Ginebra es temporal, pero debe asentar las bases para lograr uno de mayores dimensiones.
«Gracias a este acuerdo, Irán no puede utilizar las negociaciones para camuflar los avances de su programa» nuclear, dijo Obama. Irán siempre ha defendido que éste tiene fines civiles, pero las potencias mundiales sospechan que el objetivo es lograr la bomba atómica.
«De nuestra parte, Estados Unidos y sus aliados se han puesto de acuerdo para conceder a Irán un alivio modesto (de las sanciones), aunque seguirán aplicándose las más severas», apuntó.
Ante este nuevo escenario, Obama ha pedido al Congreso que no apruebe nuevas sanciones contra Irán, tal y como reclamaron algunos congresistas tras el fracaso de la primera ronda de negociaciones en Ginebra hace unas semanas, con el fin de darle una oportunidad al pacto.
«La resolución de Estados Unidos seguirá fuerte, al igual que nuestros compromisos con nuestros amigos y aliados, en particular Israel y nuestros socios del Golfo, que tienen buenos motivos para estar escépticos ante las intenciones de Irán», expuso Obama.
El secretario de Estado nortemaricano, John Kerry, dijo desde Ginebra que el acuerdo alcanzado hará que el mundo, Israel y los aliados de Washington están «más seguros».
«Al final, solo la diplomacia puede desembocar en una solución duradera al desafío que representa el programa nuclear iraní. Como presidente y comandante jefe (de las fuerzas armadas), haré todo lo necesario para impedir que Irán consiga el arma nuclear», prometió Obama.
«Pero tengo la responsabilidad de intentar resolver nuestras diferencias de forma pacífica, en lugar de lanzarnos a un conflicto. Hoy tenemos una verdadera ocasión de lograr un acuerdo global y pacífico y creo que debemos intentarlo», señaló, aunque reconoció que «no será fácil (…) sigue existiendo grandes dificultades».
AFP