«Fue un ardid tan audaz, tan atrevido, que haría sonrojarse a un capo de la mafia», afirmó Randy Mastro, abogado de Chevron en la corte, donde la compañía alegó fraude y violaciones a la ley estadounidense contra organizaciones criminales en el manejo de la demanda en Ecuador.
«Pero Chevron no se rindió y por eso Chevron está acá para obtener justicia», dijo Mastro.
Chevron trata judicialmente de dejar sin efecto una sentencia de una corte ecuatoriana que le obligó a pagar 9.500 millones de dólares por daños ambientales en la Amazonía ecuatoriana, cuando Texaco operó en el país sudamericano entre 1964 y 1990.
La compañía estadounidense nunca actuó directamente en Ecuador, pero asumió el pleito al adquirir Texaco en 2001. La multa, que había sido fijada inicialmente en 19.000 millones de dólares, fue reducida a la mitad por la suprema Corte Nacional de Justicia ecuatoriana el 12 de noviembre.
Chevron sostiene que Texaco cumplió con la reparación ambiental que le correspondía, y que fue liberada de cualquier responsabilidad por un acuerdo suscrito con las autoridades de la época. La multinacional atribuye la contaminación a la estatal petrolera ecuatoriana, con la que Texaco conformó el consorcio que operaba en la selva amazónica.
Mastro aseveró ante la corte que los abogados de los demandantes en Ecuador, dirigidos por el abogado de Nueva York Steven Donziger, conspiraron y usaron fraude y sobornos para ganar el proceso contra Texaco en 2011.
Donziger y sus colaboradores fueron los verdaderos autores de un informe sobre el alcance del daño ambiental que debía realizar el consultor independiente Richard Cabrera, así como sobornaron jueces y redactaron incluso partes del fallo en contra de Texaco, agregó Mastro.
Desde Ecuador, el canciller Ricardo Patiño retó el mismo martes a la petrolera a probar sus acusaciones de fraude. «Ellos dicen que el proceso ha sido mal llevado, que lo demuestren. Ese es su reto. Eso tendrán que demostrar en los organismos que consideren», dijo el ministro en una conferencia de prensa.
El pleito en Ecuador fue iniciado hace 20 años por comunidades amazónicas y no involucra al gobierno de Correa, que sin embargo lanzó una campaña mediática en septiembre para denunciar el intento de Chevron por endosar la condena al Estado ecuatoriano.
Además del proceso en Nueva York, Chevron impulsa otro en La Haya para desconocer el juicio en Ecuador.
Decenas de miles de indígenas y campesinos amazónicos acusan a Texaco de haber vertido desechos tóxicos en los ríos, causando enfermedades y daños ambientales.
Sus abogados calificaron el proceso en Nueva York como un intento por seguir ganando tiempo judicialmente y evadir el pago por los daños ambientales.
Los letrados han criticado también que el juez estadounidense haya aceptado el caso que, en su opinión, es una extralimitación de la autoridad estadounidense sobre cortes extranjeras.
«En última instancia, lo que Chevron les pide es que extiendan el alcance de la ley local (estadounidense) hasta los últimos confines del mundo», dijo Richard Friedman, uno de los abogados.
Este caso podría tener implicaciones en Brasil y Canadá, donde los afectados iniciaron acciones para embargar los bienes de la petrolera. Chevron no cuenta con activos en Ecuador.
La semana pasada, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, prometió renunciar si Chevron lograba probar que el gobierno interfirió en el juicio que perdió la petrolera en su país. AFP