Así lo aseveró Ernesto Mijares, secretario del Sindicato de Trabajadores de Inversión de Sabenpe- Sitrainversape- quien cuestionó las políticas que han mantenido las autoridades de esta empresa, la cual, a su juicio, no han querido invertir en más unidades de transporte a fin de mejorar el sistema de recolección de desechos sólidos en esta jurisdicción
Además de ser un problema de salud pública, las fallas que presenta el aseo urbano en el municipio Sucre también han afectado el sueldo de los trabajadores de la empresa recolectora de desechos sólidos Sabenpe, ubicado en el sector Julián Blanco de Mariche, donde nuevamente expusieron su inconformidad con las políticas que ha mantenido esta compañía, en relación a la reparación de las unidades de transportes que pudieran permitir normalizar el servicio.
La falta de cauchos, amortiguadores, tren delantero, entre otros repuestos que carecen en su mayoría los camiones, además de convertir las calles “en un chiquero, inundadas de basura e invadidas de plagas y roedores, también ha afectado el sueldo de los trabajadores, dado que el sistema de pago depende de la cantidad de vueltas que realice el empleado al día”.
Afecta bolsillo de trabajadores
Así lo dio a conocer Ernesto Mijares, secretario del Sindicato de Trabajadores de Inversión de Sabenpe- Sitrainversape- quien explicó que después del segundo viaje que realiza el chofer comienza a cobrar doble el día, lo que significa un día más de trabajo. Sin embargo, con el déficit de unidades, “a duras penas se puede realizar dos viajes por unidad, lo que ocasiona que el resto del personal se quede paralizado”.
Por lo general, comenta el trabajador, este vertedero contaba con 45 unidades para realizar las rutas diarias y con 60 camionetas para transportar los desechos al Relleno Sanitario de La Bonanza, pero realmente funcionan en su totalidad 18 distribuidas en estas dos funciones, lo que permite que disminuya el trabajo de los empleados.
“Si un chofer no recorre las calles y se queda realizando labores dentro del vertedero, estará recibiendo al mes aproximadamente 2 mil bolívares, pero de llegase a realizar varias rutas diarias, se elevaría su mensualidad”, dijo Mijares, quien agregó que esta situación además de perjudicar su bolsillo, también afecta su salud, ya que la cantidad de desperdicios que actualmente tiene el vertedero no permite en absoluto gozar de un ambiente libre de inmundicias.
Sin espacio
Al respecto mencionó, Rucio Mújica, otro trabajador, que en varias oportunidades no han podido realizar sus labores con normalidad, puesto que el vertedero se encuentra sin espacio para realizar las nuevas descargas.
Destacó que atender estos llamados podrían normalizar en gran parte el servicio de recolección y permitir a los camiones hacer su habitual ruta en los diferentes comunidades del municipio Sucre para que puedan descargar los nuevos desechos en dicho vertedero, pero de no ser así, se paralizarían las labores, dado que dicho lugar se encuentra colapsado y sin espacio.
Y es que, mientras más avanza la cantidad de desperdicios en las carreteras, los vecinos viven cada vez más inundados de gusanos y suciedad, conviviéndose para ellos en una situación inhumana y degradante, que además de desastar enfermedades y alergias, también ha ocasionado protestas y bloqueos de avenidas en las principales arterias viales, en reclamo a esta deficiencia.
“Muchas veces los vecinos piensan que nosotros somos lo que saboteamos el servicio, hemos escuchados ofensas como guarimberos, pero lo cierto, es que el deficiente servicio es responsabilidad de la empresa y por supuesto de la Alcaldía de Sucre quienes se han encargado de prometer en resolver el problema sin llegar a una solución”, concluyó.
Molestia Vecinal
En una entrevista realizada por el equipo de prensa Diario La Voz, hacia algunos sucrense, se pudo recabar que aunque estos habitantes admitieron que la falta de conciencia juega un rol importante en este problema de insalubridad, aseguraron que el pésimo servicio del aseo urbano ha originado que las carreteras luzcan repletas de cartones, plásticos, desperdicios de comida incluso pañales usados.
“Vivimos en un ambiente contaminado y lleno de inmundicias que son perjudiciales para la salud pública”, dijo Patricia Oquendo, quien mientras transitada por la Redoma de Petare, declaró que este problema ha permitido que los desechos sólidos actualmente estén dominado las calles.
Mairy Chourio / Mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio