Los agujeros negros, regiones del espacio donde la fuerza de la gravedad es tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar, son uno de los mayores misterios de la astronomía.
En realidad, nadie ha visto jamás directamente uno de estos puntos de no retorno -la primera fotografía de uno de ellos se espera con impaciencia- pero su existencia se deduce de los poderosos efectos que causan en su entorno. De esa forma, sabemos que estos pozos cósmicos pueden ser miles de millones de veces más masivos que nuestro Sol y que residen en el corazón de la mayoría de las galaxias.
Y ahora conocemos una cosa más gracias a un equipo internacional de investigadores, dirigido por el Observatorio Haystack del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), que ha medido por primera vez el radio de un agujero negro situado en el centro de una galaxia distante. Se trata de la distancia más cercana a la que la materia puede acercarse ante de ser irremediablemente devorada por el agujero.
El resplandor de la materia Para conseguir realizar esta medición, los científicos unieron antenas de radio de Hawai, Arizona y California para crear un conjunto de telescopios llamado «Event Horizon Telescope» (EHT), que puede ver detalles 2.000 veces más pequeños que el telescopio espacial Hubble. Las antenas fueron dirigidas hacia la galaxia M87, situada a 50 millones de años luz de la Vía Láctea, donde reside un agujero negro 6.000 millones de veces más masivo que nuestro Sol. El equipo observó el resplandor de la materia cerca del borde del agujero negro, lo que se conoce como el horizonte de sucesos.
Agencias