El fundador de la compañía que fabricaba las prótesis mamarias ‘Poly Implant Prothèse’ (PIP), Jean-Claude Mas, ha sido condenado por la justicia francesa a cuatro años de cárcel por la venta de estas prótesis, una multa y la retirada de los permisos que le acreditan para ejercer.
Además de los cuatro años de prisión a los que se enfrenta, Mas deberá pagar una multa de 100.000 euros y le será retirado su permiso para ejercer, tanto en el sector sanitario como en la gestión de cualquier tipo de empresa, de por vida, según ha informado este martes el diario francés ‘Le Parisien’ en su edición digital.
Los otro cuatro acusados que han escuchado sus fallos este martes se enfrentan a sentencias menores. Claude Couty, director general y consejero delegado de la empresa, ha recibido una sentencia de cuatro años, dos de prisión y dos de libertad condicional, y una multa de 50.000 euros; Hannelore Font, directora de calidad, a una pena de tres años, uno de ellos en libertad condicional; Loic Gossart, responsable de producción, a una sentencia tres años, de los cuales 18 meses son de libertad condicional y, finalmente, Thierry Brinon, responsable de I+D, a dos años, 18 meses de ellos de libertad condicional.
Todos ellos han reconocido ante el tribunal el fraude, que salió a la luz en marzo de 2010, sobre el gel de silicona de los implantes, diferente al que inicialmente había declarado y había sido evaluado.
Sin embargo, Jean-Claude Mas, de 74 años, ha intentado eliminar su mala imagen presentando sus disculpas a las víctimas, y ha hecho hincapié en negar la nocividad de las mismas. Tres de los otros cuatro acusados han asegurado que ignoraban los riesgos de las prótesis.
El último balance de la Agencia Francesa de Medicamentos y Productos Sanitarios (ANSM) ha registrado más de 7.500 rupturas de prótesis y 3.000 casos de efectos indeseables, principalmente «reacciones inflamatorias». Sólo en Francia se estima que ha habido unas 30.000 personas afectadas.