El comisario Iván Simonovis, que desde 2004 cumple una condena de 30 años por 2 de las 19 muertes registradas en el golpe de Estado de 2002, rechazó hoy someterse a nuevos exámenes médicos como lo ordenó el tribunal de su causa.
«Hago uso de mi derecho constitucional a no ser sometido a más exámenes médicos sin mi consentimiento» y «exijo al Tribunal de mi caso que dicte la decisión con base a los concluyentes exámenes médicos que me han sido practicados desde julio de 2013», escribió el detenido en su cuenta en la red social Twitter.
El Tribunal de Caracas que lo condenó como autor intelectual de homicidios durante la intentona de abril de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez requirió exámenes actualizados para decidir sobre una nueva petición de excarcelación por motivos de salud.
Los también comisarios Lázaro Forero y Henry Vivas, asimismo condenados a 30 años, fueron liberados en 2011 debido a que estaban enfermos de cáncer.
«Está comprobado con los múltiples exámenes previos que me han sido practicados que padezco graves complicaciones de salud» y «mi salud se sigue agravando por la indecisión del Tribunal en torno a concederme la Medida Humanitaria solicitada», añadió Simonovis.
A las peticiones para que Simonovis sea excarcelado se sumó el pasado 24 de noviembre José Vicente Rangel, que fue vicepresidente de Venezuela tras el fallido golpe de Estado que durante dos días derrocó a Chávez y es amigo personal del actual gobernante, Nicolás Maduro.
Maduro «no dirige un Gobierno represor, todo lo contrario, tiene un profundo sentido humano» y por lo mismo «debe amnistiar a Simonovis, muy delicado de salud ¿Qué impide una medida de gracia?», se preguntó Rangel, también ministro de Defensa, Interior y Exteriores durante la gestión de Chávez, fallecido en marzo pasado de un cáncer.
El comisario fue operado de urgencia en julio pasado por una «peritonitis con gangrena vesicular», una de las 19 patologías que lo aquejan, entre ellas una osteoporosis severa agravada por no recibir sol periódicamente, según su cónyuge, Bony Pertiñez.
Maduro dijo hace cinco días que está «pensando» tomar medidas humanitarias para los llamados por la oposición «presos políticos» como un gesto hacia «la paz», pero pidió que los grupos opositores se comprometan a cesar en sus supuestos «planes de conspiración».
Al ser consultado específicamente sobre el caso de Simonovis, Maduro dijo que los delitos por los que se lo condenó son «sumamente graves» y que «si no hay Justicia, hay impunidad, el mejor combustible para que se repitan hechos». EFE