Un total de 11 naciones sudamericanas, a excepción de Paraguay, y 21 países árabes, excluido Siria, toman parte de las discusiones en Lima
Cancilleres y empresarios de América del Sur y del mundo árabe deliberaron el lunes en el marco de la Cumbre de ASPA, que se inaugura el martes entre jefes de Estado y Gobierno con el fin de fomentar el diálogo político y las relaciones comerciales entre ambas regiones.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil el-Araby, instó a las naciones sudamericanas a colaborar con el mundo árabe en la búsqueda de una solución «lo más pronto posible» para «la crisis asfixiante que vive Siria», en una guerra interna desde hace 18 meses que ha dejado unos 30.000 muertos, según la oposición.
El funcionario y el presidente peruano, Ollanta Humala, abrieron un foro de diálogo entre unos 400 empresarios de ambos bloques, centrado en la creación de oportunidades comunes de negocios.
«A pesar de la crisis económica internacional, Sudamérica es la región más dinámica y emergente del mundo, con altas tasas de crecimiento», dijo Humala, que destacó que el encuentro reúne a «dos regiones emprendedoras con gran potencial para mejorar el flujo de las inversiones y el intercambio comercial».
Asuntos como las inversiones en infraestructura, la energía, el manejo de recursos naturales y la seguridad alimentaria fueron algunos de los temas en discusión en el foro de los empresarios.
El-Araby destacó que las relaciones comerciales entre sudamericanos y árabes crecieron notablemente desde que empezaron estas cumbres interregionales en 2005, en Brasil.
«Hemos avanzado de manera espectacular desde 2005, en Brasil: el intercambio entre las dos regiones creció a más de 30.000 millones de dólares» hacia 2012, subrayó, sin dar detalles.
«Existe una enorme complementariedad y potencialidad entre los países sudamericanos y árabes para desarrollar nuevas oportunidades en áreas como inversión en infraestructura, energía y abastecimiento de alimentos», citó como ejemplos el ministro de Economía peruano, Luis Castilla Rubio, al cerrar el encuentro de empresarios.
Mientras tanto, los ministros de Relaciones Exteriores de Sudamérica y de los países árabes trabajaron en el documento final de la «Declaración de Lima», que suscribirán el martes los jefes de Estado y de Gobierno de ambas regiones.
La Cumbre, para la que se dispuso de un fuerte dispositivo de seguridad con más de 10.000 policías desplegados en Lima, se realiza en momentos de efervescencia política en el mundo árabe por la guerra civil en Siria, que no ha impedido esta vez la realización de este encuentro ya postergado en 2011 por revueltas en Túnez y Egipto, al inicio de la «Primavera Árabe».
Se aguarda que la guerra civil en Siria y la situación política en Paraguay, los dos grandes ausentes en la cumbre por estar suspendidos en sus respectivos bloques, sean asuntos mencionados en la declaración final de la III Cumbre ASPA de jefes de Estado y de Gobierno, que concluye en la tarde del martes.
«Una de las cosas que Perú ha planteado con más fuerza es el tema del desarme y la resolución pacífica de conflictos», dijo el canciller peruano Rafael Roncagliolo.
La declaración final incluye aspectos de coordinación política, económica y financiera, además de cooperación en educación y cultura, y medio ambiente, adelantó.
Juan Castro Olivera / AFP