Aunque la MUD esperaba que el argumento de votar para dar un paso en firme para la salida de Maduro por la vía constitucional en 2014 incentivara a algunos votantes, lo cierto es que los niveles de participación en la masa opositora fueron decepcionantes
Reyes Theis
Hacer de las elecciones del 8D un plebiscito para concretar la ilegitimidad del Gobierno de Nicolás Maduro era una apuesta de alto riesgo por una razón muy sencilla, si se perdía ocurría lo contrario: quedaba legitimado.
Aunque la MUD esperaba que el argumento de votar para dar un paso en firme para la salida de Maduro por la vía constitucional en 2014 incentivara a algunos votantes, lo cierto es que los niveles de participación en la masa opositora fueron decepcionantes para este grupo.
Pero, ¿Quién resultó triunfador en la jornada del 8D? Pues, como fue una elección local y además con algunas alianzas totales o parciales en los dos polos, pues la lectura no es lineal ni sencilla, esto hace que la respuesta sea: Todo depende del cristal con que se mire.
Si se toma en cuenta que de cada 10 venezolanos inscritos para votar, 4 no lo hicieron y que dentro de la población que sí votó ninguna de las dos fuerzas obtuvo al menos 50%, los resultados no serían un evento para ser celebrado efusivamente por ninguna fuerza, porque no se demostró un poder avasallante sobre la otra opción.
El análisis de los números no tiene mucho sentido para dar un ganador, a pesar del anuncio de la presidenta del CNE Tibisay Lucena, quien en un esfuerzo por dar como triunfador al bloque oficialista sumó “peras con manzanas”.
A los votos del PSUV, la rectora sumó lo votos del PCV, cuando la realidad es que este partido presentó candidatos distintos en algunas jurisdicciones, incluso algunos triunfaron al derrotar al partido oficialista. Por otra parte, la rectora no sumó a los votos de la MUD algunos, como los del municipio El Hatillo, donde la MUD no tuvo candidato unitario, o los sufragios de otros partidos que uno interpreta que son de oposición como el MAS. Es decir, la votación fue más pareja de lo que Lucena y Nicolás Maduro dijeron y de lo que el propio Henrique Capriles Radonski cree, vista su intervención derrotista postelectoral.
Con unas fuerzas similares en votos y una gran parte del país que no votó, la tesis del plebiscito pierde sentido. Maduro ni se legitimó ni quedó herido de muerte, la oposición tampoco quedó destruida, pero sí con unas 70 alcaldías, 20 que antes no tenía, con 9 capitales de estado más el Distrito Metropolitano de Caracas. Esta lectura no la hizo Capriles el 8D, cuando con los ojos aguados en vez de llenar a sus seguidores de aliento para seguir en la lucha, llenó a muchos de ellos de desesperanza, mientras el Gobierno trató de festejar un triunfo cuestionable, de acuerdo al análisis que hemos hecho.
En política cuando los resultados no se pueden leer en forma lineal, el triunfo es un tema de percepción y en el campo perceptual la batalla parece haberla ganado el Gobierno, pero las fuerzas de ambos bloques siguen estando parejas y las posiciones ganadas en el campo colocan a la alianza opositora en mejor ubicación que las del otro bando.
@reyestheis